EDU SOTO. actor y músico

"La palabra comedia, por desgracia, está muy manoseada en nuestro país"

  • El artista catalán se atreve por primera vez a pisar un escenario con un puñado de canciones propias junto a The Plan Renove Band esta noche en la Cochera Cabaret a partir de las 22:00

El actor barcelonés, en una fotografía promocional.

El actor barcelonés, en una fotografía promocional. / M.H.

En la televisión ha sido El Neng de Castefa, Raphael, Michael Jackson. En el teatro, el protagonista de El lindo Don Diego, acompañado de la espléndida Compañía Nacional de Teatro Clásico; el maestro de ceremonias del musical Cabaret; el loco Quijote del amor en Cuando menos te lo esperes, un montaje creado y dirigido por él mismo. Sin embargo, Edu Soto (Barcelona, 1978) aterriza esta noche en la Cochera Cabaret para dar su primer bolo con The Plan Renove Band y así cantar sobre cosas que le interesan. Lo hará desde "la ironía", sin parecer "un cantautor protesta", y en compañía de su grupo, que suena "muy folk, a lo Beirut, principalmente porque el bajo se ha sustituido por un trombón", explica en tono pícaro. Poco después, reconoce porque hace esto: "Llevaba mucho tiempo con esa necesidad vital dentro".

-Antes de The Plan Renove Band, fundó dos grupos y a uno de ellos no le dio tiempo a ponerle nombre por lo poco que duró.

-Sí, es correcto. Las anteriores veces no funcionaron porque no tenía claro lo que quería. El tiempo, el hecho de equivocarte, las malas experiencias te dan muchas pistas sobre lo que no quieres hacer. En esta ocasión he sido mucho más certero con las letras. Estoy escribiendo cosas que me interesan, que tienen gancho, que compatibilizan con mi manera de cantar. De esto creo que tiene parte de culpa Tu cara me suena. Ahí estuve haciendo imitaciones de Raphael, Camilo Sesto, de cantantes españoles que me han ayudado mucho a entender hacia dónde quiero ir.

-¿Será como una especie de crooner durante el concierto?

-(Risas). No es un concierto al uso. Cuando mejor y más cómodo me he sentido cantando ha sido en una fiesta de cumpleaños, cuando alguien saca la guitarra y se respira buen humor. Quiero conseguir eso, que la gente se sienta como en una fiesta en la que participa, como en un evento donde no se es un mero escuchador. Estoy muy contento con este proyecto porque ha costado sacarlo adelante. La formación ha ido variando. Unos llegaban, otros se iban. Por la banda han pasado 10 o 15 músicos.

-¿Empezó muy joven, no?

-Sí, a los 16 ya tuve mi primer grupo. Se llamaba La Huella y dejó poca huella, la verdad (ríe).

-Se me antoja imaginarle desatado escuchando a los Doors antes que a Raphael o a Camilo Sesto.

-Sí, sí. Empecé con Michael Jackson, Police, The Doors, Supertramp. Esa música es muy buena escuela para convertirse en un buen escuchador. La educación musical me parece algo básico en la vida de alguien. Yo, por suerte, tuve a un hermano mayor que me educó bastante bien. En este país falta educación musical y por eso a veces no nos sentimos orgullosos de lo que tenemos, pero tenemos a muy buenos músicos. Yo haré lo que pueda, pero al menos intentaré hacer lo que me guste. Antes me subía al escenario pensando: "Este tema no me acaba de convencer". Con este proyecto no creo que me pase y eso es algo muy positivo.

-¿De qué hablan sus canciones?

-Mis canciones hablan de... (Silencio, vuelve a arrancar). Hablan sobre la situación político social, el propio ego, el estar harto de la sociedad y querer convertirse en un perro (ríe). He escrito sobre todo sobre el mundo que nos envuelve, el que nos preocupa a todos, y de lo primero que te sale hablar, tanto en un tema como en una cena donde alguien dice: "Es que mi padre está en paro". La gracia está en cómo se explican esas historias.

-¿Cómo? ¿Cómo pasadas por un filtro cómico? ¿Irónico?

-Confío más en la palabra ironía que comedia, porque la palabra comedia, por desgracia, está muy manoseada en nuestro país. Hay ironía, sí. Pero es que ironía puedes encontrar hasta en una canción de los Beatles o de Aute. Lo que si que quiero hacer es que entre canción y canción pasen cosas. Primero para explicar bien lo que se va a escuchar y luego porque es de recibo, por de donde vengo, no quiero presentar el tema y ya. Me gusta mucho liar el pollo. Además, habrá una sorpresa al final del concierto. Vendrá un amigo mío que ha tocado mucho por toda España.

-¿A qué retos se enfrenta con este concierto, después de haber interpretado papeles tan potentes como el de Don Diego con la compañía Nacional de Teatro Clásico?

-Para mí es la gran espinita clavada porque a veces me siento mucho más vinculado, por lo menos de alma, a la música que a la interpretación. La música es mi gran compañera. Y espero conectar con el público interpretando canciones sentimentales o cachondas.

-¿Qué se puede decir con la música que con el teatro no se puede? ¿Y al revés?

-La música es un lenguaje más universal. Si te vas a un colegio con una batukada, los niños lo flipan, se levantan de la silla. El teatro requiere de una elaboración, un entendimiento más complejo.

-¿Por eso la gente es menos agradecida con el teatro?

-Es menos agradecida porque hay un componente mucho más intelectual en el teatro. Lo de la música es a veces un amor a primera vista. En el teatro no se da eso porque hay una introducción, un nudo. La música es mucho más visceral.

-Ha comentado que en sus temas habrá temática social. ¿Qué le animó a escribir sobre ello?

-Hay cosas que te molestan, que llevas tiempo pensando como: "¡Joder, qué mierda de gobierno". Y al final te sale escribir eso porque el tema te martillea la cabeza.

-¿Qué cosas le molestan?

-Me molesta que todos demos dinero a una gente que no sabe gestionarlo, la manipulación a la que está sometida esta sociedad. Me molesta sobremanera cómo es el ser humano, con tantas complicaciones. Me gustaría ser un perro a veces. A los míos no les preocupa en ningún momento si hace frío o calor, o si gobierna el PP o el PSOE. Ellos están viviendo de lujo.

-Claro, eso estaría muy bien si no fuera porque este gobierno no sólo obvia, sino que a veces castiga su profesión.

-No vas nada desencaminada. El gobierno está puteando a los artistas y a muchos los persiguen, pero bueno es el gobierno que hemos elegido entre todos. En una de los temas ironizo sobre el voto.

-No es el tipo de tema que aparecería en los 40 Principales...

-Hay canciones que podrían sonar ahí. No riñe lo especial a lo comercial. Lo mío es música comercial en el buen sentido de la palabra: es para todos los públicos. Y no es un producto, nace del corazón.

-Algo así como lo que ocurre con Incendios, la obra en la que actúa junto a Nuria Espert este viernes y sábado en el Teatro Cervantes.

-Sí, estoy aprendiendo de grandes como ella, Álex García, Ramón Barea... Fíjate, los temas los he escrito en el camerino de Incendios, entre descanso y descanso. Todas las letras de mi espectáculo están removidas por el texto de esta función. Porque Incendios te remueve profundamente.

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