Cultura

"A mí que me perdonen, pero lo del flamenco 'chill' es una tontería"

  • El gitano de pellizco cubano llega mañana al Teatro Cervantes con todas las entradas agotadas · Por el camino prepara un disco con Montserrat Caballé y la OFM, y se reencuentra con la guitarra de Tomatito

Cuando habla de música a Diego Jiménez Salazar (Madrid, 1968) se le van los pies. Y las manos. Desde que Camarón lo rebautizara un día como Dieguito El Cigala, su voz ha ido explorando las raíces del flamenco hasta alcanzar ramas libres. Se agarró al piano de Bebo Valdés y Cuba le acabó arañando el alma. Lágrimas negras le dio carta blanca a su voz y ahora Dos lágrimas continúa la senda de "unir sonidos con mucho sabor", sentencia. Mañana en el Cervantes, el sobrino de Rafael Farina recordará a su público por qué canta flamenco y vende.

-Hace tres años visitó el Cervantes con Picasso en mis ojos, ¿con qué regresa mañana?

-Haré un repaso por ese disco, me quedaré sólo con la guitarra por soleá tangos, fandangos... tengo que volver a eso, es lo que más me gusta, de lo que me nutro. Y luego regresaré a Lágrimas Negras, que ya es como un icono, me lo piden ya por inercia. Y Dos lágrimas, claro.

-Han pasado cinco años del encuentro con Bebo. Ahora repite viaje a Cuba con otro piano, el de Guillermo Rubalcaba, ¿qué le convenció?

-Yo es que cuando voy a La Habana lo gozo. Allí hay mucho arte. Este disco ha sido un homenaje también al percusionista Tata Güines, que en paz descanse. Fue su última grabación. En febrero saldrá un documental con el primer encuentro con Rubalcaba hasta Changuito y toda esta gente de la vieja guardia cubana, de los que ya no quedan. El disco tiene el toque de Bebo, ese son que huele a ron añejo.

-Y además se atreve a revisar Carusso.

-Eso fue lo más difícil, junto a María de la O. Queríamos ver qué punto le dábamos sin desvirtuar la melodía. Y como no encontré un tango parecido a Niebla del Riachuelo, pues quise meter un tango con el acordeón de Richard Galliano, que es un bicharraco. Se bajó del avión, vino, hizo una toma de 15 minutos y se fue. Y nos dejó a todos hechos polvo, emocionados.

-¿Se ha esforzado en que no suene a secuela de Lágrimas negras ?

-Quería que se viera diferente. Éste me ha salido más cigalero.

-¿Eso que quiere decir?

-Más personal. Con dos pianos, uno cubano y el de Calabuch , un gitano que toca pa morirte, conocedor de la música latina por haber trabajado tantos años con el gitano de boleros que es su tío Moncho. Imagínate. Dos pianos diferentes con mucho sabor.

-Llama la atención la versión salsera de Dos gardenias de Machín...

-Lo he llevado a un guaguancó . A mí es que la canción con las maracas me sonaba siempre como a cachondeo (risas). Necesitaba un arranque más gordo, de fuerza. Es un tema muy bonito para sacarle lo que quiere uno.

-¿Le pesa mucho el binomio con Bebo Valdés?

-No. Me pesa lo que yo que querido que me pese. Fue un trabajo que me inventé yo. Le dije a Bebo ¿grabamos esto? y así surgió. A él, después de estar toda la vida tocando llegó un gitano de 40 años y le vino el éxito. Pero lo grabamos por amor a la música, no lo hicimos con un afán de lucro.

-¿Cuánto le debe a Camarón?

-Mucho. Cada vez que lo escucho me alimenta. Echo de menos esa forma de cantar. En la guitarra se ve ahora más con Diego del Morao, por ejemplo, de los mejores. De voces se acercan las de Duquende, Remedios Amaya.

-En Málaga se le ha podido ver en el tablao de El Carrete, todo un personaje.

-Ese hombre está sembrado, es un personaje de ciencia ficción (risas). Un baile de 1917 en esta era hace mucha gracia. Ha habido otros malagueños muy grandes como La Cañeta, La Repompa, El Chino. Se les echa de menos.

-¿Le molesta mucho la fusión?

-Sí, porque es mentira. Más que fusión, infusión (risas). Dentro de la fusión caben muchas tonterías. Como el flamenco chill. A mí que me perdonen, pero eso es una tontería como un piano. El flamenco no necesita ningún parapeto de esos. Hay que escuchar a los grandes para sacar algo positivo al flamenco hoy. A Caracol, a La Perla, a Rafael Farina. Ellos han dejado el pilar.

-¿Para cuándo un nuevo reto?

-Estoy haciendo un disco con Tomatito, de flamenco bueno, con él no puede ser otra cosa. Cante y guitarra con temas nuevos y rescatando otros. También estoy grabando con la Filarmónica de Málaga y Montserrat Caballé. Me llamó porque le apetecía un disco conmigo y me quedé de piedra. Tendrá clásicos como Fuego fatuo, Ojos verdes, cuplés y no puedo contar más que se rompe la magia. Me llevará tiempo porque ahora estoy con esta gira. Si no, me aburro mucho.

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