Cultura

"El premio a quien no es sensato le puede destruir"

  • La premiada escritora presenta el libro de cuentos 'El trabajo os hará libres'

Se confiesa "lectora voraz" y escritora disciplinada. Espido Freire (Bilbao, 1974) arrastra tras de sí un título al que ha sabido sacarle partido. Haber sido (hace ya diez años) la Premio Planeta más joven de la historia no le ha llevado a vivir del cuento. O sí. Porque presenta estos días El trabajo os hará libres, un libro de cuentos, y una frase como título que -confiesa- ha calado "de manera profunda" en su generación.

-¿Por qué ha elegido este título?

-Era el consuelo cínico de los verdugos frente a los débiles. Somos vocacionales, buscamos cómo emplear las ocho horas desperdiciadas que nos destinan en empresas o fábricas. Somos lo que producimos, y nos gusta.

-La frase coincide con el lema que presidía la puerta de entrada al campo de concentración de Auschwitz, ¿lo ha rescatado con algún propósito?

-Si la sociedad olvida, lo ha perdido todo. Y nos engañan, nos engañan a diario. Dicen que hemos de cumplir normas pero ¿a quién les compensan, a quién favorecen? A mí, no. Creo que olvidamos la historia, no las anécdotas, sino la historia. Mala cosa.

-Dice que tiene escritos más de 400 cuentos pero no todos publicables, ¿por qué?, ¿qué los diferencia de los publicables?

-La calidad literaria, el interés. Yo escribo casi como respiro. Es mi trabajo y, si no libre, me hace sentir bien. Pero nunca pierdo de vista al público, al que quizás no interese lo que a mí. Esa es la diferencia.

-¿El cuento es hermano pobre de la literatura o está donde se merece?

-No está donde se merece, pero no es hermano pobre de nadie. Sólo el menos visible, el que no encontró trabajo fijo o una oposición brillante. Pero el cuentista aprieta la mandíbula y lucha, porque ningún prejuicio es ajeno. Y hay lectores fieles.

-Acaba de regresar de Málaga donde también ha formado parte del jurado Premio Málaga de Ensayo, ¿le seduce el género?

-He escrito varios ensayos. Es uno de mis géneros más queridos. No muchos autores de mi generación lo abordan y eso me hace sentir que formamos parte de un exclusivo club. Por mi parte, no puedo comprender ficción con no ficción. Son dos caras, una moneda.

-¿Hasta qué punto los premios literarios afectan a un escritor con renombre? , ¿y a un novel?

-Dan visibilidad, dinero y confianza. A quien no es sensato, le puede destruir. A quien sabe moverse, ayudan. Creo ser de los segundos. Yo dejé E spaña, me dediqué a la investigación, nunca he dejado la parte de ficción aparte de la pedagógica. No hay consejos, cada cual que busque su campo. Arruina o ensalza.

-Desde su propia empresa E+F imparte cursos literarios ¿hasta qué punto es necesario enseñar a escribir bien?

-Es imprescindible. Todo el mundo escribe. Todos desean hacerlo bien. A mí me encantaría ser arquitecta, pero nada puedo hacer sin los años de carrera.

-Por lo que observa en sus alumnos, ¿la educación formal reúne las condiciones para despertar la afición a la lectura y la escritura? -En absoluto. Cualquier profesor universitario puede corroborar lo que yo digo. No se les inculca el amor por la lectura. No tienen horas, y la ESO es un fracaso pedagógico que conlleva un retraso, un desperdicio de medios y un dolor vocacional de alumnos y profesores innegable hoy por hoy.

-Se suele decir que los buenos escritores han sido antes buenos lectores, ¿qué lecturas han marcado su evolución?

-Yo soy un lectora voraz. Leo de todo, aunque no conservo de todo. Los clásicos son siempre valores seguros. Yo, por mi carrera, idolatro a Shakespeare. Pero, por ser sincera, no sé distinguir libros ajenos de los reales y propios. Todos son yo.

-¿Llegará un tiempo en el que el ritual de la lectura sea sustituido por la pantalla del ordenador?

-¿Por qué no? La luz, sea en hoguera o en pantalla, se ha venerado.

-¿Tiene algún libro en la cabeza?

-Aún no. Leo, estudio, intento crecer y formarme. Imagino que será una novela, pero puede que tarde casi un año.

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