Cultura

"En mi próximo proyecto hablaré sobre el profeta Mahoma y el Corán"

  • El creador sembró la polémica con una 'performance' en la que se metió en un zulo como el de Ortega Lara para protestar por la liberación de un etarra

Omar Jerez (Granada, 1980) se ha metido estos días en la piel de Ortega Lara y, de paso, en el archiconocido pijama rojo con el que fue liberado. La semana pasada dio por terminada una performance en la que ha recreado el secuestro del funcionario de prisiones y ha conseguido que hiervan las redes sociales y meter en su zulo a todos los medios de comunicación. "Mi padre es terrorista; ha puesto bombas y asesinado a judíos como miembro de un comando palestino", explica el artista para explicar gráficamente qué se le remueve por dentro con los atentados y los secuestros. Por eso, con la liberación del etarra Josu Uribetxebarria Bolinaga por enfermedad terminal, decidió dejarse barba, enflaquecer aún más y, de paso, poner a prueba el elástico concepto de arte.

-Seguramente ya contaba con que a buena parte de la sociedad le iba a parecer una falta de respeto o una provocación...

-Claro, mentiría si dijera que busco la unanimidad, las críticas son necesarias. Pero también ha habido gente que me ha apoyado. Me han mandado un mensaje de parte de Consuelo Ordóñez, presidenta de Covite y hermana de Gregorio Ordóñez, asesinado por ETA , en el que me da las gracias por este gesto.

-¿Le da tranquilidad este mensaje?

-Es que yo, cuando tengo una idea, voy a saco. Soy consecuente y sé que mis piezas generan debate y críticas, pero en este caso, antes de empezar, me he puesto en contacto con las tres asociaciones de víctimas del terrorismo más importantes del país. Lo más sorprendente es que la gente ya me reconoce por la calle y me para para decirme que está conmigo, no sabía que la televisión tuviera ese poder porque hace años que no tengo. Pero por Internet se han cebado mucho conmigo, sobre todo gente de la izquierda radical, no hablo de socialistas. También mucha gente de derechas.

-¿Cómo han sido estos días como Ortega Lara?

-Han sido muy intensos en todos los sentidos desde el principio, ha sido la pieza más agotadora de todas las que he hecho porque ha tenido una repercusión brutal a nivel mediático. Luego, a nivel psicológico, estás en el disparadero y te afectan las críticas y las no críticas. Durante casi cuatro meses todo ha girado en torno a Ortega Lara, documentándome y empapándome de todo. Ha habido un proceso de mimetización para añadir cualquier perfil de su personalidad a la mía. El encierro fue terrible, una locura. Este hombre estuvo secuestrado por ETA 532 días y no sabía si iba a salir vivo, mientas que yo, que me encerré por voluntad propia, he tenido crisis de ansiedad y un pánico terrible, además de pasar un frío terrible, dolor de huesos, dolor de cabeza, no podía dormir... Ha sido algo inhumano, lo que me ha servido para ver con más claridad el valor de este hombre...

-Ortega Lara parece un hombre de fuertes convicciones, metódico...

-Sí, sobre todo parece bastante coherente en todas las entrevistas que he visto. Él se agarraba a Dios y cuenta que rezaba rosarios y paseaba, además de hablar en voz alta. Imagino que la búsqueda de ese ente te da esperanzas, pero yo he titulado esta experiencia Sin noticias de Dios, porque yo no me planteo la existencia de Dios, quería que fuera como la contrapartida de Ortega Lara, he utilizado su sistema de supervivencia pero dejando a Dios a un lado. Desarrollas una especie de trastorno obsesivo-compulsivo porque si algo le aterra al hombre occidental es estar a solas con su propio pensamiento y sus neurosis. El hecho de estar contigo mismo sin ninguna distracción acelera y negativiza mucho tu estado anímico y físico.

-Se suele decir que hay cierto tipo de temas que necesitan del paso del tiempo para poder abordarlos. ¿Cree que en el caso del secuestro de Ortega Lara ya era el momento para poder hacer una performance sobre su secuestro?

-Ha habido una televisión en concreto, de orientación republicana, que me ha dicho que no entendía cómo me había atrevido a hacer esto, que no lo veía necesario. Aunque no lo parezca hay todavía una especie de amparo a ETA, hablo de gente que piensa que son como una especie de pueblo saharaui.

-Aunque dice que no tiene televisión desde hace años parece que conoce perfectamente los medios de comunicación y cómo atraer su atención. Parece que sabe qué tecla tocar.

-Yo le debo todo a los medios de comunicación. Intento tocar temas que nadie antes haya tocado. Fui la primera persona que murió en Facebook a nivel mundial, parece mentira pero soy el primer artista plástico que ha hablado frontalmente contra ETA en este país. Siempre intento dar una vuelta de tuerca a las cosas, aparte de que, como ciudadano, ETA siempre me ha indignado. Los medios de comunicación son una fuerza motriz y si sabes aliarte con ellos pueden llevarte hasta donde tú decidas, o hasta donde decidan ellos, claro.

-¿Qué le parece el corto sobre Mahoma que ha desatado la polémica y que incluso ha costado la vida al embajador de EEUU en Libia?

-Me parece que es un trabajo muy poco serio y muy poco documentado. Le voy a dar una exclusiva, voy a hacer algo sobre el profeta Mahoma y el Corán, pero voy a hacer un trabajo muy documentado, llevo leyendo el Corán más de un año. No se puede hacer con esa poca calidad, si haces una crítica puedes hacerla mordaz, dura, pero si pones la vida de los demás en peligro es injustificable. En cambio, si pones la tuya es otra cosa. Se sabe que ese corto, además de estar muy mal hecho, se financió con cinco millones de dólares que provenían de aportaciones de cien inversores judíos. Lo digo como judío.

-Y como palestino...

-Efectivamente. El año que viene voy a trabajar sobre el profeta Mahoma para mostrar cómo el Islam trata a la mujer y a los homosexuales.

-¿Mahoma aparecerá en la película como un personaje?

-Sí, la voy a liar muy gorda, es probable que sea mi último trabajo.

-El rondeño Carlos Aires sembró la polémica hace años con unas fotos realizadas en un ático de Granada en el que unos personajes con las máscaras de Chirac, Bush y la reina Isabel de Inglaterra se entregaban a una orgía sexual. Pasado el tiempo, Aires parece huir de esto, como si enturbiase su trayectoria artística. Este no es su caso...

-Yo soy judío y soy palestino, amparo y legitimo los dos estados. Pero yo, como persona, si soy homosexual, transexual, anarquista, de izquierdas o antisistema, prefiero vivir en Tel-Aviv porque en Palestina ahorcan a los homosexuales. Yo no soy gay, ¿vale?, pero todo es muy contradictorio, como cuando hablan de que Israel invade Palestina, donde las chicas no pueden ir en minifalda. La izquierda europea ampara a Palestina y la derecha a Israel, pero yo estoy a favor de los dos estados. Pero les diría a la gente de izquierdas que cuando Jomeini derrocó al Sha de Persia, inmediatamente mandó ahorcar a todos los de izquierda. El Islam es como el nazismo en el siglo XXI, lees el Corán y está en contra de los principios del ser humano, en contra de los derechos de la mujer. Es todo muy complicado. La Biblia también, pero la Iglesia ya no tiene poder político, las iglesias están vacías. Si hablas de Cristo no te matan, pero si hablas de Mahoma te arriesgas. Por supuesto que la Iglesia es criticable, pero eso ya lo ha hecho todo el mundo.

-A Dalí, cuando le decían que había aparecido en un periódico, no preguntaba qué decía de él, sólo preguntaba cuánto espacio le dedicaban. Parece que ésta es su actitud con los medios.

-Sí, estoy en esa línea, no hay que ser políticamente correcto, que es una nueva forma de fascismo.

-Se ha creado una estética muy reconocible, un marketing muy personal. ¿Ha creado un mundo propio?

-Sí, manejo muy bien el marketing y lo aplico a mi obra y mi persona, todo es muy autoreferencial. Está esa idea de que el artista tiene que trabajar con un galerista y es un error, porque ¿quién mejor que el propio artista para vender su obra?

-De hecho, los grandes galeristas se están jubilando y las galerías de referencia cierran sus puertas...

-Claro, no se vende nada. En el mundo del arte todo es una patraña, algo que se ve muy claramente en Arco. Un artista tiene que defender su obra.

-¿Qué es el arte?

-El arte es generar una respuesta abierta de elogios y de críticas. Hay muchísimos cambios, pertenezco a una generación perdida, sin futuro, y eso lo planteo en mi obra. Mi arte refleja el mundo en el que vivo. En los próximos meses voy a presentar un manifiesto artístico desarrollado por dos expertos en arte contemporáneo y veremos cuántos artistas se unen.

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