No resulta descabellado afirmar, ni mucho menos, que la memoria de las artes escénicas en España se conserva intacta en la revista Primer Acto, la decana en su género. Fundada en 1957 por José Monleón y José Ángel Ezcurra, la publicación ha permitido desde entonces una necesaria reflexión crítica desde aquí sobre el curso del teatro internacional, con especial atención a los ámbitos latinoamericano y español. Las distintas etapas vividas por la historia política y la realidad cultural han sido igualmente reflejadas, a través del teatro, en un proyecto que concilia el análisis estético con la atención a las realidades sociales donde se enmarcan las creaciones artísticas, apunte que por muchos motivos convierte a Primer Acto en una empresa pionera e imprescindible. Recientemente, la revista ha lanzado su número 350, correspondiente al mes de junio, en una ocasión de efeméride por la que celebrar su afortunada y merecida resistencia. Y el número en cuestión será presentado hoy a las 19:00 en La Casa Invisible (acceso por C/ Andrés Pérez), en la primera puesta de largo de Primer Acto en Málaga. La espera ha merecido la pena: la ciudad se convierte en madrina de honor por esta vez gracias a la inclusión en el ejemplar de una monografía sobre María Zambrano que firma la dramaturga e investigadora Nieves Rodríguez Rodríguez bajo el título María Zambrano: 25 años tras tu voz.

La Fundación María Zambrano, de hecho, participa en la organización del encuentro de esta tarde, que además de Rodríguez tendrá entre sus ponentes a la dramaturga y profesora de la RESAD Itziar Pascual y a la periodista y codirectora de Primer Acto Ángela Monleón. La actriz malagueña Virginia Nölting colaborará para la causa con la lectura dramatizada de la obra de Blanca Doménech El pensamiento a la intemperie. Semejante confluencia de talento servirá en bandeja una ocasión idónea para conmemorar a María Zambrano en Málaga en el 25 aniversario de su muerte. Tanto, que la propia revista Primer Acto se expresa en estos términos en el editorial de su última entrega: "Llegar al número 350 de Primer Acto no ha sido fácil. Pero aquí estamos. Con ganas de hilar palabras y voces que queremos estén siempre con nosotros. En ese camino, encontramos a María Zambrano, no sabemos si sobrevolando el laberinto o cargada con una maleta llena de manuscritos, de notas, de interrogantes y de sueños. A su lado, la infancia, un poco de su mano, se pregunta, nos pregunta, qué teatro, cuál es el cuento que tenéis preparado, para qué mundo nos estáis educando". Sirva el recuerdo de Antígona para ejemplificar lo mucho que María Zambrano amó el teatro, expresión veraz del pensamiento.