Ramón Salazar. director y guionista

"Tenía todas las papeletas para no ser producida"

  • El cineasta malagueño presentó ayer en la Berlinale 'La enfermedad del domingo', protagonizada por Susi Sánchez y Bárbara Lennie

El director y guionista Ramón Salazar, ayer, durante la presentación de su neevo filme en la Berlinale.

El director y guionista Ramón Salazar, ayer, durante la presentación de su neevo filme en la Berlinale. / philipp gueland / efe

-¿cómo fue el proceso de creación de este drama familiar?

-Eso fue porque la película anterior trabajé con Susi Sánchez, nos llevamos muy bien, nos entendimos a la perfección y en ese momento ya lo único que pensé fue: el siguiente proyecto sea el que sea va a ser la protagonista para Susi Sánchez. Y bueno, a partir de ahí empecé a escribir el guión con la suerte de que como sabía que ella iba a ser la protagonista ella estuvo involucrada en todo el proceso de creación del guión, de la historia; cualquier cosa que yo escribía pues quedaba con ella, leíamos juntos, ella me daba feedback y volvía a escribir. Y así a lo largo de los años fuimos haciendo todo el proceso de creación del guión juntos y más o menos ese fue el punto de partida; ese y la decisión mía un poco egoísta de querer trabajar como con dos grandes actrices en una película íntima y rodeados de naturaleza, y ese fue un poco el punto de partida incluso antes de saber de qué iba a ser la historia.

Es muy interesante ir haciendo otro tipo de cosas para oxigenarme y volver a proyectos que me gusta escribir"Cuando escribes y diriges la conexión que tienes con el proyecto [...] es un círculo más fuerte y más profundo"

-En La enfermedad del domingo, una mujer encuentra a su madre, que la abandonó con 8 años, y le propone pasar diez días con ella. ¿Por qué esta historia?

-Yo recuerdo que por esa época me contaron que a nivel de psicología el mensaje que deja una madre que abandona a un hijo o a una hija es el de "no mereces vivir", que no es para nada el mensaje que deja el abandono de un padre. Entonces me pareció un mensaje tan potente que pensé: bueno, ¿qué tal si cuento la historia de una persona a la que han abandonado su madre y ha estado 35 años viviendo con ese mensaje? Hasta que se vuelve a encontrar con ella. Me pareció tan potente y tan interesante este concepto y este mensaje que deja el abandono de una madre que ahí es dónde empiezo a investigar y a encauzar la historia.

-¿La actriz Bárbara Lennie también participó en el guión?

-No, no. Se incorporó cuando ya teníamos prácticamente la financiación de la película armada y ella hizo una prueba y... y bueno, yo pensaba que no era la adecuada para el personaje porque Bárbara tenía diez años menos que el personaje de Chiara, pero nada, cuando hizo la prueba la verdad que... Hizo además la secuencia que para mí es la más complicada de la película, que es la de la taza, cuando le tira la taza a su madre, y lo bordó. Hizo la secuencia, se fue y lo tuve clarísimo: tenía que ser ella; ya me había olvidado de la edad y de todo. Y ha sido fascinante trabajar con ella porque no la conocía y descubrí el trabajo tan fino que hace ella con la intuición, que es una cosa absolutamente fascinante y con la que he disfrutado muchísimo trabajando, la verdad.

-Su anterior película, 10.000 noches en ninguna parte, se estrenó en 2013, ¿a qué se debe ese intermedio?

-Bueno, porque yo le doy a muchos palos y entonces me van proponiendo cosas que a mí me parecerían interesantes: escribir guiones para otros, involucrarme en proyectos a los que a lo mejor parece que yo no doy mucho el perfil... Pero también para hacer el cine que yo hago, que es un cine más independiente y más íntimo, pues obviamente es muy interesante ir haciendo otro tipo de cosas: estar involucrado en temas comerciales, en guiones de otros directores, pues para luego también oxigenarme y volver tranquilamente a proyectos que a mí me gusta escribir y dirigir, que tienen este corte mucho más íntimo y que también son más difíciles de levantar una financiación, y como se tarda tanto en levantar la financiación de una película como esta pues obviamente en esos periodos de tiempo me involucro en otros proyectos que me permitan luego estar tranquilo haciendo el mío.

-¿Cómo consiguió la financiación?

-Cuando terminé el guión la verdad es que pensé que no iba a conseguir hacerlo. Parecía una película complicada, muy dura, con dos personajes femeninos de más de cuarenta años... Yo creo que tenía todas las papeletas para no ser producida, pero tuve la suerte de pasarle el guión a mi amigo Francisco Ramos -en principio fue simplemente para que me diera feedback, que siempre lo hacemos- y bueno, tuve la suerte de que le gustó y apostó por él y fue quien levantó la financiación con Zeta.

-Al ser el guionista y el director, ¿le es más fácil hacer la película? ¿Disfruta más?

-Sí, hombre. Cuando el proyecto es completo tuyo, cuando has estado dos años invertidos en el desarrollo del guión, pues obviamente cuando llegas al rodaje la implicación es mucho más profunda que en otros proyectos donde a lo mejor no he escrito el guión o escribo el guión y se termina mi colaboración. Pues obviamente cuando escribes y diriges la conexión que tienes con el proyecto, no solo por el tiempo que inviertes en tu vida, en un proyecto así, que pasan a ser casi cinco años desde que te sientas a escribir hasta que estrenas... obviamente es un círculo más fuerte y más profundo que cuando escribo, por ejemplo, con otro director, que a lo mejor son cuatro meses de mi vida escribiendo el guión y luego me aparto. La implicación en un proyecto como este es total por el tiempo y la proximidad, por el tema que se trata.

-A veces la película usa recursos más propios de otros géneros como el terror, ¿por qué?

-Bueno, pues yo creo que al tomar la decisión de que la revelación, por así decirlo, de la película -que el espectador sepa por qué está ahí la madre y cuál es la intención de la hija-, la decisión de que eso se revele tan tarde en la historia me hizo tener que tomar la decisión de tener un código casi de intriga, de cine negro en la película para mantener ese suspense hasta el momento en que se descubre todo, que es casi al final. Entonces, la idea era que el suspense mantuviese viva la película y ese punto de vista casi de cine de intriga, cine negro, a veces casi de terror, el hecho de poder pensar que la hija quiere desde matarla, hasta vengarse, hasta recuperarla como madre. Y transitar por todos esos estados emocionales desde el punto de vista de la intriga y del suspense creo que es lo que hace que la película se pueda mantener hasta que la revelación se hace clara.

-Ahora que ya ha rodado, ¿qué planes tiene para el futuro?

-Pues ahora estoy dirigiendo la segunda serie de Netflix en España, se llama Élite. Estaré hasta agosto rodando y voy a hacer cinco de los ocho capítulos, y luego ya me tomaré un descanso para escribir el siguiente guión.

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