Crítica de Cine

El veneno de los libros

Amy Adams protagoniza la nueva película de Tom Ford.

Amy Adams protagoniza la nueva película de Tom Ford. / m. h.

Animales nocturnosHHHHH

Thriller, EEUU, 2016, 115 min. Dirección:Tom Ford. Guión: Tom Ford (Novela: Austin Wright). Intérpretes: Amy Adams, Jake Gyllenhaal, Armie Hammer, Aaron Taylor-Johnson, Michael Shannon, Isla Fisher. Cines: Málaga Nostrum, Vialia, Plaza Mayor, Miramar, Goya, Rincón de la Victoria, El Ingenio.

Los directores de cine han tenido los orígenes profesionales más diversos, sobre todo en los felices tiempos en los que el cine, en vez de estudiarse, se aprendía por meritoriaje. Ford fue publicista de calzado y aspirante a marino, Hawks piloto de aviones y corredor automovilístico, Fleming taxista y chófer… Pero, que yo sepa, ninguno había sido un famoso diseñador de moda. Este es el caso de Tom Ford, hombre Yves Saint Laurent y Gucci que después creó sus propias marcas para, ya cuarentón, crear una productora y compatibilizar el mundo de la moda y la dirección de cine. Encomiable versatilidad. El problema es que se le nota. Su inteligencia o habilidad produciendo, escogiendo argumentos, seleccionando actores y dirigiendo queda comprometida por un superficial formalismo que vacía de sustancia trágica o melancólica las historias -siempre muy bien elegidas, siempre muy tristes- que cuenta.

Arrancó espectacularmente con la multipremiada Un hombre soltero. Una novela de Christopher Isherwood como base del guión, Colin Firth y Juliane Moore encabezando el reparto, una extraordinaria fotografía que supuso el lanzamiento internacional del español Eduard Grau… Y una sensación de vacío esteticista que recordaba demasiado otras películas bellas pero sin seso de la estirpe de El paciente inglés. Con su segunda película, esta Animales nocturnos que hoy nos ocupa, sucede algo parecido, aunque Ford se muestra algo más convincente.

Fiel a su buen gusto literario esta vez se basa en la aclamado novela Tres noches (Tony and Susan es su título original) de Austin Wright (1922-2003) publicada con éxito de crítica en 1993, que él mismo convierte en guión. Igualmente fiel a su olfato para el reparto, escoge a Amy Adams en el mejor momento de su carrera y al siempre intenso Jake Gyllenhaal, y logra de ellos unas muy buenas interpretaciones que -como sucedió con Colin Firth en su obra anterior- revisten la película de una verdad e intensidad dramática que en realidad no tiene. Y las envuelve en una dirección fotográfica de Seamus McGarvey y una banda sonora de Abel Korzeniowski de calidad.

El argumento presenta a una Scherezade que en vez de ganar vida contando historias la va perdiendo conforme lee ávidamente la novela inédita que su ex marido le ha enviado como una piedra tirada en el estanque de su aparentemente apacible y evidentemente lujosa vida. Los dos planos de la película -la lectora y la novela que lee- corren paralelos. O no tanto porque el ex marido, a través del cruel y truculento relato de ficción, va agrandando una grieta por él conocida en el pasado de la mujer que le abandonó hasta que la ficción emponzoña la realidad (y también la va desnudando de sus ficciones) y las líneas paralelas resultan ser convergentes. Si quieren es como una variación sobre El nombre de la rosa en la que el veneno no está impregnado en las páginas de un libro, sino en su contenido.

Es tentador pensar que Tom Ford haya querido confrontar, acudiendo a esta novela, los dos mundos entre los que vive: el lujoso (pero vacío) y elegante (pero gélido) de la protagonista (de profesión galerista) y el rudo, rústico y violento del relato que lee y del ex marido. Como si con ello confrontara su vertiente ligera de diseñador y empresario de moda con la más reciente y seria" de narrador de historias supuestamente dramáticas y hondas. En cualquier caso el énfasis estilístico y el gusto por una helada perfección propias del diseñador dañan las intenciones del realizador que en ningún momento deja de mirar de reojo hacia la estética posmoderna de un Lynch o un Nolan.

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