Cultura

Una ventana a Guinea Bisáu

  • Jorge Fornieles y Lucía Pérez lanzan 'Diario Mandjaco', un libro donde capturan en 320 páginas y siete ilustraciones la cultura de una pequeña localidad africana

Cuentan las leyendas guineanas que Djombo es un espíritu del bosque al que se encomendaban las tropas que luchaban por la independencia del país. En su honor, los pájaros que sobrevuelan la región llevan su nombre batiendo sus alas hasta el límite del cielo. Se llaman Djambas y los hay de todos los colores: amarillos, verdes, negros… Uno de ellos, sin que él fuera consciente, fue inmortalizado minuciosamente en dos fases: primero a través de las palabras de Jorge Fornieles y más tarde a base de los trazos del bolígrafo pilot de Lucía Pérez. El pelaje del pequeño retratado se llenó de vida y tomó diferentes tonalidades rojizas. Ahora este pajarillo tiene el privilegio de custodiar la cubierta de Diario Mandjaco, un libro autoeditado que narra los primeros meses de estancia del autor trabajando en una cooperativa guineana y conociendo la cultura mandjaca. El volumen que contiene 320 páginas escritas por el eljidense Jorge Fornieles y siete ilustraciones realizadas por la artista malagueña Lucía Pérez, encierra un proyecto solidario ya que parte de los fondos recaudados se destinan a la Cooperativa guineana COAJOQ.

Hay quien cree en el destino, otros que creen en las casualidades o la suerte y los hay quienes piensan que la vida es todo lo que uno se construye a través del esfuerzo y trabajo. Sin duda lo tercero es el 90% del proceso pero los dos azares también juegan un pequeño papel, no menos importante, uniendo caminos o tornando los planes de uno cuando menos lo espera.

Todo el que conozca la historia de la creación de Diario Mandjaco sabe fue un proceso con peculiares circunstancias. Si no miren: Lucía empezó Bellas Artes en Málaga y Jorge (almeriense de Elejido) lo hizo en Granada, ambos coincidieron mientras estudiaban con una beca Séneca en la Facultad de Teruel y ahí empezó su amistad. Más tarde, el joven se embarcó en un proyecto de voluntariado en Guinea donde además de colaborar en diferentes proyectos pretendía capturar la vida del país con su cámara. Sin embargo, algún maleante pensó que era buena idea quitársela mientras Jorge hacía transbordo en Casablanca de camino a Guinea, dejando desprovisto al chico de su "arma" más preciada. Pero el Karma tenía preparado algo bueno. A falta de fotografías, Jorge decidió transmitir a través de palabras lo que no pudo hacer con imágenes. "Cuando veía la realidad y sabía que tenía que plasmarla en una hoja, la analizaba desde un punto de vista diferente, más reflexivo", contaba Fornieles. Así, el eljidense en su intento de dejar grabado cada momento comenzó a redactar su día a día en Canchungo (una pequeña localidad costera de Guinea Bisáu) en un diario que compartía en un grupo cerrado de Facebook con amigos y familiares: fue una forma muy eficaz de informar de su estado a sus allegados en un país donde la señal del wifi es más bien escasa y las llamadas internacionales no son precisamente baratas.

Lucía, en su puro afán de creación, empezó a ilustrar por su cuenta las partes que encontraba más interesantes de los relatos de su amigo. Las palabras de Jorge fueron los ojos que la artista utilizó para plasmar sobre papel la esencia de la cultura mandjaca. La primera que dibujó representa una celebración musical popular de guinea a la que tituló como La Danza. "Fue la ilustración que más me costó, la más insegura ya que fue la primera, pero fue la marcó la estética africana que quería conseguir, a partir de ahí las otras fueron más fáciles", explicaba la joven.

Jorge Fornieles seguía escribiendo y ella seguía ilustrando y cuando mostraron su trabajo conjunto por el grupo de Facebook (que por entonces ya se había vuelto popular por la red social) fueron los propios seguidores quienes pidieron hacer dar forma a este entretenimiento en forma de libro. Después de meditarlo decidieron ponerse manos a la obra. Consiguieron reunir dinero para la editorial a través de una campaña de crowfunding (financiación colectiva que consiste cooperación de varias personas para conseguir dinero u otros recursos para sacar adelante proyectos e iniciativas de otras personas u organizaciones) y dos años después han logrado hacer palpable su proyecto.

En total, siete ilustraciones conforman el libro (las seis del interior más la de la portada), pero hay otras cuatro más que aunque no estén dentro de la obra sí forman parte de la campaña, como la de las estrellas o la del camaleón. Aunque la fiel adaptación de sus dibujos a la realidad local bien podría decir lo contrario, Lucía no ha viajado hasta Guinea, por lo que sus obras han sido una mezcla de las videoconferencias con Jorge, charlas conocidos guineanos que fue conociendo gracias al proyecto, mucha documentación y también "mucha imaginación". Precisamente esto último fue lo que le hizo falta para dar forma a Fengotó, un ser mitológico que se encarga de arrastrar a la profundidad de la selva a todos aquellos que se emborrachen. "Es como una especie de hombre del saco. Es una historia que cuentan a los niños para asustarlos y que tengan cuidado con la bebida", contaba Lucía.

Diario Mandjaco es arte y talento tanto de sus ilustraciones como en sus palabras, que cuentan una historia veraz de la realidad de un país con una forma de vivir y unas preocupaciones totalmente diferentes a las de aquí, un lugar donde, como afirma Fornieles, "el tiempo es social y la gente con poco vive feliz". Tanto el libro como las ilustraciones están a la venta, cualquier interesado puede contactar vía e-mail con los creadores luciaperezcordoba@gmail.com.

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