Crítica de Teatro

Ni vertical ni horizontal

Maribel Verdú, Jorge Bosch y Jorge Calvo, en una escena de 'Invencible'.

Maribel Verdú, Jorge Bosch y Jorge Calvo, en una escena de 'Invencible'. / málaga hoy

Invenciblehhhhh style="text-transform:uppercase">

Festival de Teatro de Málaga. Teatro Cervantes. Fecha: 20 de enero. Dirección: Daniel Veronese. Texto: Torben Betts. Traducción: Jordi Galcerán. Reparto: Maribel Verdú, Jorge Bosch, Pilar Castro y Jorge Calvo. Aforo: Unas mil personas (lleno).

Resulta difícil creer que el director de Invencible es el creador de espectáculos como Los corderos y Teatro para pájaros, que la compañía Histrión montó en España bajo su dirección con gran éxito. El mismo que revolucionó la escena latinoamericana con su Periférico de Objetos y que, cuando recibía encargos a este lado del charco, servía en bandeja un Glengarry Glen Ross magistral. La única explicación que se le ocurre a uno es que con lo que Focus y la Comunidad de Madrid han puesto sobre la mesa, Veronese saca lo suficiente para financiar sus propios proyectos en Buenos Aires. Y no (sólo) porque Invencible sea una comedia que aspira (sin éxito) a desprender cierto aroma a intención, a indagación en la condición humana, a hacerse híbrido para encauzar distintas emociones; no, lo peor de todo es que está mal dirigida. Los actores se mueven a base de tics y la construcción de los personajes es simple, torpe, pretende virar de la sal gorda al matiz sin hacer bien ninguna de las dos cosas. Todo es predecible, opaco, pobre. Sin ser una joya, el texto encierra en su lectura de la lucha de clases y las frustraciones personales ciertas posibilidades escénicas que en un teatro tan físico y de contacto como el de Veronese podrían haber funcionado bien; pero cuando veía ayer a Jorge Calvo intentando avalanzarse sobre Jorge Bosch dando pataletas y aireando los brazos como si de un gag del Un, dos, tres se tratase, decididamente sólo pude concluir que Daniel Veronese estaba en otra parte.

Al final, Invencible es otro ejemplo de teatro contemporáneo más conservador que costumbrista: se trata de poner en colisión a una familia de snobs con otra futbolera y bastota y dejar que todo lo que se puede esperar suceda sin más. Los apuntes trágicos que cada familia incorpora quedan como mera anotaciones a pie de página, elementos prescindibles que devienen en tales precisamente porque la dirección artística tampoco se ha esmerado mucho en mantener bien los equilibrios. Lástima: si se trataba de hacer pasar por arte un cuadro feo donde sale un gato mal pintado, hay que decir que el gato no tiene nada que hacer. Ni en vertical ni en horizontal.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios