Análisis

nacho artacho

Cambio climático

Sé que me van a entender: necesito con urgencia una hibernación

Toda reencarnación supone el triunfo de dos aspiraciones. Con el logro de la primera -perpetuarse en la vida-, ya podríamos darnos con un canto en los dientes. Sin embargo, como el humano tiende a humano y a caprichoso incluso en asuntos tan elevados, lo que verdaderamente nos pone es ir ascendiendo en la escala natural y social cada vez que migramos de cuerpo. Un servidor de ustedes, que siempre se había querido consejero delegado de una farmacéutica, lleva días, sin embargo, envidiando el destino de la rana de la madera y sopesando muy seriamente la posibilidad de pedírselo en la próxima ronda. El bichito en cuestión apenas si levanta cinco centímetros del suelo y difícilmente se diferencia del follaje. Habita las charcas orientales de Alaska y durante la temporada estival no tiene más ocupación que esquivar las pisadas de alces y caribúes. En invierno, por contra, se dedica a la magia. Como de otro modo su cuerpo no resistiría los rigores de la estación, la genética y el azar lo han distinguido con la capacidad de congelarse hasta la llegada de la primavera. Un hígado extremadamente dotado para la síntesis de la glucosa permite que sus fluidos celulares permanezcan en circulación aunque el resto del organismo se encuentre cubierto de hielo. Cuando las nieves se retiran, el corazón de la rana de la madera reactiva el flujo sanguíneo para que ningún órgano sufra daños durante la descongelación. Unas horas después, el animalito ya está brincando charcas como si tal cosa.

Sé que me van a entender: necesito con urgencia una hibernación. Con dos meses me apaño: lo justo para que uno pueda volver a encender la radio por las mañanas sin jugarse la úlcera y para que en el autobús las conversaciones se centren de nuevo en el precio de los jureles o en los glúteos definitivos del monitor de body pump. Lo malo es que, en contra de la opinión generalizada, el invierno no llega. Y, por si fuera poco, Alaska pilla muy lejos y no creo en la reencarnación.

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