Madre mía, Pepe, qué pedazo de penalti se acaba de tragar el árbitro. Hijo de…, será cab… Estos árbitros están ciegos. ¡Será ladrón!
(Unos segundos después, tras ver la repetición)
- Coño, Antonio, que no ha sido, que se ha tirado. Bueno, podría haber colado.
(Ya se sabe que para los jugadores mentirosos casi nunca hay condena social y mucho menos si es del propio equipo; sin embargo, en estos casos es cuando debería ser mayor, pues es la imagen del club amado la que queda por los suelos).
(Unos minutos después).
- Otra vez se ha tirado, jajajaja
- Sí, es verdad, jajajaja.
(Después de cinco repeticiones).
- ¡Que no, que ha sido penalti! Mira: con la pierna no le da, pero con el brazo sí.
- Es verdad, Antonio: penalti clarísimo.
("Clarísimo", dice, cuando han necesitado cinco repeticiones desde distintos ángulos para verlo).
- Sí, Pepe, pero nos roban, quieren que perdamos la liga.
(Quince minutos después, con el marcador a favor de su equipo y cerca del final del partido).
- Hoy ganamos. Ya queda poco.
- Uf, cuidado. Mira, mira…Gol. Joder. Ya nos han empatado.
- ¡No! ¡Lo han anulado! Mira el linier con la banderita. ¡Olé!
(Tras ver la repetición por televisión).
- No era, Pepe. No era fuera de juego. ¡Bien, linier, bien! ¡Gracias!
(Este error arbitral les parece muy bien, y hasta lo celebran y agradecen; aunque seguro que si unos instantes después el árbitro se equivoca en contra de su equipo, vuelven a decir que los árbitros les roban y que no quieren que su equipo venza).
(Cinco minutos después).
- ¡Pita ya, árbitro!
- No; va a esperar hasta que nos empaten. Ya verás, ya verás.
(El árbitro ha concedido cinco minutos de añadido, justificados, pero ellos protestan porque eluden cualquier análisis medianamente objetivo y racional. Solo les importa que su equipo gane, aunque sea con trampas; lo demás les da igual. Y, efectivamente, su equipo gana, y ellos se van del bar tan contentos. El que no está contento es el fútbol, que nació siendo un deporte con valores pero que se ha ido empobreciendo. Y lo peor: sin apenas condena social por parte de los que no están de acuerdo; de los que saben que esto es inaceptable y que debe ser combatido).
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios