Análisis

juan ramón cuadrado joaquín aurioles

Un hombre ejemplar

Debemos reconocer en Lacomba a uno de los grandes artífices de la autonomía andaluza

Riguroso, inquieto y de profundas convicciones, Juan Antonio Lacomba Abellán era, sobre todo, un hombre comprometido con la verdad. Falta poco para que se cumpla un año de la entrevista que concedió a este periódico este andaluz nacido en Valencia (Chella, 1938), que recibió en 2006 la Medalla de Andalucía por su contribución al conocimiento de la historia contemporánea de Andalucía y por sus estudios sobre la vida y obra de Blas Infante y el andalucismo histórico.

Había ejercido su docencia previamente en Pontevedra y Béjar, pero cuando llegó a Málaga hace más de 50 años, decidió quedarse. Aquí, donde "podía ver el mar todos los días", se casó con Teresa y nacieron sus hijos y para sus amigos y alumnos aquella decisión tendría una trascendencia mucho mayor de la que él mismo podía imaginar. Como cabía esperar de su espíritu inquieto e investigador, comenzó a recopilar la descripción de la ciudad que hacían los escritores malagueños del XIX, hasta conseguir construir el retablo de sus principales transformaciones hasta mediados del XX. En realidad siempre mantuvo activo el puesto de observación, desde el que disfrutaba relatando los pormenores de los tres grandes cambios que había experimentado la ciudad desde su llegada: el ensanche de la Alameda por el Perchel, la Universidad, de la que decía que ya existieron intentos para su creación en el siglo XVI, y la llegada del turismo a la ciudad, después de muchos años del eslogan de Málaga, capital de la Costa del Sol.

Descubrió a Blas Infante cuando se adentró en la convulsa historia de los movimientos campesino en la Andalucía del siglo XIX. Una historia que ha permanecido oculta a pesar de su gran relevancia política para España. Tanto que alguien debió pensar , decía con algo de socarronería, pero también con convicción, que era mejor dividirla en dos y alimentar un enfrentamiento entre Granada y Sevilla, las dos universidades, que siempre estuvo presente en los grandes acontecimientos de su historia contemporánea. Tanto profesional como personalmente quedó a marcado por su estudio de la obra de Blas Infante, un perfecto desconocido por entonces para los andaluces, a los que reveló su existencia justo en los albores de la autonomía. Precisamente por esta contribución, aunque también por su compromiso personal, debemos reconocer en Juan Antonio Lacomba a uno de los grandes artífices de la autonomía andaluza, pese a que "estos 35 años repletos de experiencias y que han permitido una profunda transformación, no hayan servido para corregir el atraso relativo". Descanse en paz un hombre ejemplar.

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