Análisis

nacho artacho

La hormiga, la mierda

Una hormiga se había colado en la vitrina que custodia a la Dama de Elche

En cuanto la vio, Manolico supo que aquella hormiga no debía estar allí. Apartó la mierda que tapaba el agujero y metió medio brazo en la tierra. La hormiga siguió arrastrando una hojita que a él se le antojó enorme. Lo primero que el mozo tocó fue la nariz, y como nariz la distinguió. La mujer de caliza que desenterró tenía aún restos de la policromía original. No entendió Manuel las molduras que le crecían a la figura a ambos lados de la cabeza.

Apenas le llegó con el busto al patrón, éste lo colocó en la terraza a la vista de los vecinos, que durante unos días tomaron la costumbre de pasearse calle arriba y calle abajo comentando la guapura de la pieza desenterrada. Poco les duró, sin embargo, el divertimento, porque en cuestión de semanas apareció por la zona un hispanista que trabajaba para el Louvre y en un visto y no visto se llevó la escultura a cambio de 4.000 francos.

Con la invasión alemana de Francia, numerosas obras de arte abandonaron el país a fin de evitar destrucciones y expolios. Fue así que volvió a España. En un principio, la cesión se anunció como temporal; pero un trueque nunca bien explicado la hizo integrar definitivamente el catálogo del Museo Arqueológico Nacional con la signatura 1970/10/1. El régimen franquista no tardó en apropiársela como símbolo de una esencia hispana que se remontaría hasta Altamira, y la efigie recuperada empezó a aparecer en sellos, billetes y monedas.

Hace unos días, la Dama de Elche saltó de nuevo a los periódicos. Incomprensiblemente, una hormiga se había colado en la vitrina hermética que la custodia. El asunto fue aprovechado por los miembros de Compromís para reclamar el traslado de la imagen a la Comunidad Valenciana, donde, en palabras de los representantes del grupo, nunca habría llegado a producirse tal contaminación. De paso, allí podría convertirse en bandera de un sentimiento nacional floreciente. ¿Lo ven? Está todo inventado: la misma hormiga, la misma mierda.

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