Crónica personal

Pilar / cernuda /

ALBIOL, EL REFERENTE

RAJOY confía en el discurso duro de Xavier García Albiol para tratar de ganar los votos perdidos en Cataluña. Los detractores del ex alcalde de Badalona recuerdan su lucha implacable contra los gitanos rumanos o los musulmanes pertenecientes a las facciones religiosas más radicales, le acusan de xenofobia y de identificar a los inmigrantes con la delincuencia. Pero en la ciudad en la que se ha formado políticamente no le tienen tan demonizado, la prueba es que el pasado mes de mayo quedó a un concejal de la mayoría absoluta, lo que le ha impedido repetir alcaldía.

Albiol es un referente del PP catalán desde hace años. Sus detractores van por él a degüello, pero cuenta con apoyos inamovibles, que es lo que necesita el PP en estos momentos en los que se ha producido una huida hacia la abstención y Ciudadanos. Rajoy se ha inclinado por Albiol tras escuchar a Sánchez Camacho y al nuevo comité de dirección, y ha optado por una jugada en la que el presunto radicalismo de Albiol se compensa con Andrea Levy, que será número dos de la lista. Si ya dio el salto a la política nacional al ser nombrada vicesecretaria de Estudios -a sugerencia de Jorge Moragas-, ahora se convierte en una baza importante para que el PP trate de recuperar los votos perdidos en una región en la que el PP debe volcarse, al igual que en Andalucía y Madrid, y Valencia en menor lugar, si quiere que Rajoy siga gobernando después de las elecciones de noviembre.

La jugada está bien pensada. Dos personas jóvenes, una que atrae el voto más conservador y otra que se identifica más con lo que podría ser el ala más progresista del partido. Y los dos, eso sí, incuestionablemente defensores de la españolidad de Cataluña, sin fisuras, sin una sola duda. Como lo ha sido estos años una Alicia Sánchez Camacho a la que hoy la cúpula del PP dedica elogios, aunque era evidente que se había convertido en un lastre para el partido. Ha trabajado duro, hay que reconocerlo, pero como ocurre con tantos políticos en un momento determinado, ahora era un problema más que una solución. Rajoy -porque ha sido Rajoy el que ha tomado la decisión, no la dirección del PP catalán- se ha tomado su tiempo, y lo ha hecho cuando estaba a punto de sonar la campana, cuando todos los partidos habían anunciado ya sus candidatos. No podía equivocarse, porque los españoles, todos, se juegan mucho en esas elecciones autonómicas catalanas. El PP estaba obligado a presentar una candidatura atractiva, y el tamdem Albiol-Levy puede serlo si el visceral ex alcalde de Badalona no saca los pies del plato. Si contiene su verbo más radical, junto a Levy puede darle mejores noticias a Rajoy que las que le daría Sánchez Camacho. De ahí el cambio de cartel.

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