Todo es relativo

Adiós y gracias kamikaze

Solo escuché una vez a David Delfín en persona. No me hizo falta más para comprobar que estaba ante un genio

Este fin de semana ha fallecido Diego David Domínguez González, un malagueño conocido en toda España y parte del extranjero como David Delfín. Ya contó hace un tiempo en una revista que tenía varios tumores cerebrales y no ha podido superarlo. Curiosamente, ha muerto meses después, por una misma enfermedad, que su amiga, musa y socia Bimba Bosé. Las cosas perras de la vida.

Solo tuve la oportunidad de escuchar a David Delfín una vez en persona. No me hizo falta más para comprobar que estaba ante un genio, ante una de esas personas que sobresalen del resto, que tienen mucho que hacer y decir y a las que, como a muchas otras, la muerte se los ha llevado muy jóvenes. Fue el 7 de junio de 2012 en el museo Thyssen de Málaga y dio una charla organizada por el Instituto Municipal para la Formación y el Empleo dirigida a emprendedores. Hace, casualmente, justo cinco años. Acudí sin mayor expectativa, pues no conozco el mundo de la moda y solo sabía que la había liado en una pasarela Cibeles en Madrid al poner a modelos con capuchas y sogas en el cuello. Al oírle, dijo que eso fue solo una anécdota de la que pidió perdón y que le costó muchos dolores de cabeza, aunque también es cierto que le dio notoriedad.

Rondeño, se fue con 18 años a Madrid para ser actor. Pero lo que de verdad se le daba bien era pintar. "Pintaba sobre madera, cartón, papel y hasta en servilletas hasta que al final utilicé la ropa como lienzo", comentó aquel día. Era polifacético, "atrevido y kamikaze", como él mismo se definió. Diseñó platós de televisión, botellas de vino, hizo cameos en películas, fue pinchadiscos...

A simple vista, muy delgado, serio y con varios tatuajes no llamaba a la empatía. Pero cuando empezó a hablar fue un torbellino de ideas, recuerdos, deseos y todo con una humildad y ternura dignas de mención. Valía para muchas cosas y, al final, triunfó en la moda, que hoy le llora. Recomendó a los emprendedores ser "osados y desarrollar al máximo sus ideas". No le ha dado tiempo, con solo 46 años, a poner en marcha todas las que tenía en mente. Una pena, una más a la de otros genios que ya no están. Adiós y gracias kamikaze.

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