¡Oh, Fabio!

Luis Sánchez-Moliní

lmolini@grupojoly.com

¿Adiós al 78?

El Gobierno hizo ayer lo que tenía que hacer: tomarse en serio a España y evitar la pantomima del referéndum

Con permiso de Piqué, cuya sensibilidad es evidentemente muy superior a la nuestra, queremos dedicar estas letras de urgencia a los policías y guardias civiles que ayer estuvieron defendiendo el Estado de Derecho y la unidad de España en unas de las jornadas más duras de nuestra historia reciente. Sólo por ellos merece estar hoy aporreando el teclado en una noche tensa y triste que nos deja muchas imágenes, ninguna buena: la deslealtad de los Mozos (Mossos les dicen en catalán), la calculada ambigüedad de Pedro Sánchez (Susana quédate), el cinismo de la Generalidad y de la alcaldesa de Barcelona, la sobreactuación de padres y abuelos que no dudaron en poner en peligro a sus retoños para salir en los telediarios...

El Gobierno hizo ayer lo que tenía que hacer. Tomarse en serio a España y la legalidad, evitar una pantomima de votación en fiambreras chinas. Pero el independentismo consiguió su foto de cabezas sangrantes y señoras histéricas. No se podía hacer otra cosa. ¿Vamos a una crisis definitiva del régimen del 78 como se apresuraban anoche a decir algunos? Eso es lo que quieren no sólo los independentistas , sino aquellos que buscan aprovechar la crisis catalana para impulsar un periodo constituyente que finiquite la Monarquía constitucional y cuelgue la tricolor de los balcones oficiales de lo que quede de España. El éxito o no de esta operación, en la que Podemos y sus periferias han puesto todo el empeño, dependerá de la postura que adopte el PSOE en los próximos tiempos. A juzgar por la ambigua intervención de ayer de Pedro Sánchez, no hay muchas razones para el optimismo.

Cataluña será hoy portada en gran parte de los periódicos internacionales. Una vez más, los medios del norte de Europa encontrarán carnaza para alimentar sus prejuicios antilatinos. Una de las grandes hazañas del independentismo y sus colaboracionistas en el resto de España es la de poner en la picota la reputación democrática de nuestra nación. Todos sabemos los muchos esfuerzos que se han hecho durante cuarenta años para colocar a España entre los países más desarrollados política, social y económicamente del mundo. Pero eso no importa para aquellos que lo único que quieren es dinamitar el edificio constitucional. Lo de menos fue el falso referéndum de Cataluña de ayer. Preparémonos para la guerra que se librará en los próximos tiempos y que afectará al conjunto de la nación. Lo de ayer fue sólo una primera batalla. Con el tiempo sabremos quién la ganó.

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