Luces y sombras

Antonio Méndez

Los otros

CON el ruido socialista, la lista popular por Málaga al Parlamento andaluz ha transitado en silencio. Candidatura renovada, con presencia de las comarcas, combina experiencia y veteranía, preparados profesional y políticamente, según el PP, que ni siquiera distribuyó biografías de sus integrantes más desconocidos. La candidatura en realidad responde a un reparto del poder entre los barones y baronesas del partido.

En cabeza, Esperanza Oña, médico, imbatible alcaldesa de Fuengirola e incansable azote del PSOE. Siempre agradeceré al PP su capacidad para aglutinar en sus filas a todo el espectro ideológico de la derecha. Si llega al Gobierno, no le ahorro las ganancias al presidente como mantenga su actual estilo autoritario. En el 2, su antítesis, el profesor Garrido Moraga. Un fichaje de Villalobos, adoptado por Javier Arenas que ya le ha nombrado públicamente consejero de Cultura. Otra cosa es que exista esa cartera. Tras él, Ana María Corredera, de Antequera y del ámbito de Manuel Atencia. Traductora de francés que trabajó en Renfe. Llegó a su primer cargo público al año de militancia y así lleva dos décadas.

Víctor González, el hombre del mandamás Bendodo. Diplomado a distancia en Turismo. Como su mentor, entró de joven en la rueda de áreas del Ayuntamiento de Málaga y ya no salió. Lo contrario de Antonia Ruiz, de profesión sus empresas. Ahora salta a la política por decisión del alcalde de Vélez. Tampoco quiso ser menos la regidora marbellí, Ángeles Muñoz, que transfiere su escaño a su teniente de alcalde, José Eduardo Díaz. Abogado. En su currículo sólo se reseñan servicios de asesor al PP. Ana María Rico, también del protectorado de Celia Villalobos. Daniel Castillo, letrado, la cuota de Ronda. La 9, Maite Domínguez, alcaldesa de Jimera. El 10, Cristóbal Ortega, un perito de Coín, la localidad que en mayo acabó con la hegemonía del socialista Gabriel Clavijo.

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