Besar la bandera

Quiero vivir en un país en el que nadie tenga que besar la bandera si no quiere

En Copenhague, un tarugo con una bandera de España en la mano se ha acercado a Carles Puigdemont, que estaba tomando una cerveza en un bar con unos amigos, y le ha pedido que la bese. Alguien, no sabemos quién, estaba filmando la escena. La actitud del tipo de la banderita es la habitual entre los youtubers: se muestra maleducado -trata de tú a Puigdemont-, arrogante, latoso, entrometido, en una palabra, estúpido. Puigdemont, que no es una lumbrera pero ha demostrado ser bastante más listo que el tarugo, ha besado sin ningún problema la bandera, sabiendo que le estaba metiendo un gol por toda la escuadra al pobre diablo que tenía enfrente. El tarugo, como es natural, ha corrido a colgar el vídeo en las redes sociales, creyendo que le estaba haciendo un gran favor a la causa de los que nos oponemos -por muchas razones- a la independencia unilateral de Cataluña. El vídeo se ha hecho viral, claro. Ha sido difundido por televisiones y medios de comunicación. Y ahora mismo, medio país está hablando de él; o si no lo hace, lo hará en los próximos días.

El daño que hacen los estúpidos a la gente que pretenden defender y amar es incalculable. El mismo Puigdemont le está haciendo ahora mismo un daño terrible a la causa que dice defender, al comportarse como un botarate -cada vez se le está poniendo más cara de Jim Carrey- que ya no parece capaz de distinguir la realidad de la ficción ni el esperpento más cochambroso de la épica supuestamente heroica. Pero el daño que le ha hecho el tarugo de la banderita a la causa de los constitucionalistas es aún mayor: da argumentos a muchos independentistas que ya empezaban a cansarse de la patochada de su president y viene a demostrar una vez más que entre los partidarios de la unidad de España hay bastantes trogloditas con un grumo de hormigón en vez de cerebro.

Quiero vivir en un país en el que nadie tenga que besar nunca la bandera si no le da la gana hacerlo. Y me da lo mismo que la bandera sea la española, la catalana o la del Kafiristán. Y si estoy en contra de la independencia catalana, es porque no soporto esa apoteosis histérica de banderitas y de manifestaciones de abuelitos y de niños cogiditos de la mano gritando "Somos un solo pueblo" (el Ein Volk de Hitler). No, por favor, no. Y ustedes, tarugos de la banderita, pónganse a jugar al Call of Duty si quieren hacer algo positivo.

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