Letra pequeña

Javier Navas

Bronca en Benamocarra

UNOS fichan a David Villa, otros a Abdeslam Lucena. El polivalente alcalde de Benamocarra se presentará a las próximas elecciones municipales por el Partido Popular en vez de por el Andalucista, como había acostumbrado. El pueblo sirve de fondo de pantalla para que los representantes de los partidos, que en ciertos casos no sabrían ubicarlo ni con GPS, se enfrenten a cara de perro. Desde luego la campanada de Lucena ha servido para que empiecen a salivar como ese chucho al que Pavlov enseñó a identificar un tintineo con la llegada del pienso. Y, bien en la sala de prensa, bien en el Salón de Plenos, el político que quiera que le atiendan ha de estar siempre dispuesto a la salivación.

José Antonio Díaz, secretario general de los socialistas en Benamocarra, habla para los medios. Si se le hace tanto caso es porque va de la manita de Francisco Conejo, secretario de Organización del partido, lo que da idea de que aquí se apuesta con dinero del bueno. Usan contra Lucena la acusación-plantilla: el alcalde es de derechas, se ha quitado "la careta andalucista" para revelarse derechoso. La careta andalucista se ha mostrado sorprendentemente práctica, pues cuando te la quitas lo mismo puedes ser de izquierdas que de derechas (o las dos cosas si dices que eres de centro, por lo general antes de adscribirte al PP). Este periódico ha señalado bien que pueden acusar a Abdeslam Lucena de derechista recién salido del armario pero sin atreverse a llamarlo tránsfuga. Faltaría más, después de que el alcalde rondeño Marín Lara se quitase su careta andalucista para abrazar amoroso al PSOE.

En la misma comparecencia los periodistas escucharon uno de los argumentos más embotados -y rastreros- que conozco para pedir el apoyo a un partido: atraeremos inversiones. Hubo un Centro de Desarrollo Rural de la Axarquía allí en Benamocarra, y volverá a haberlo, dicen, si el PSOE coloca un alcalde. Una oferta que no se puede rechazar, como las de El padrino. Francisco Oblaré, por el Partido Popular, dice que eso ya lo prometieron, y no cumplieron, en Vélez y atribuye tanta vehemencia a los nervios. María Gámez no es la última en querer poner nervioso al adversario proponiéndole relajarse; tampoco fue la primera.

Los votos del señor Lucena han de valer mucho para voces tan altas: más que por un municipio están jugando por una Diputación. A todo esto, ¿el Partido Andalucista qué dice? Algo tendrá que decir. A falta de un Conejo a mano, para que se le escuche bien recurre directamente al insulto: llama a unos y a otros "perros babeantes" y "miserables" y se queja de que usen malas artes porque el suyo es "un partido incómodo". Incómodo. El PA qué va a ser incómodo: el PA es una cantera.

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