De Bruselas a la realidad

Seguro que en la denuncia de los problemas de la sanidad confluyen intereses, pero no hay dudas de su deterioro

He tenido la oportunidad de conversar esta semana con Jochen Müller, un analista político de la Representación de la Comisión Europea en España. El funcionario vive desde hace cinco años en Madrid y hace cuatro que se casó con una española a la que tiempo atrás conoció en Estados Unidos. Ambos coincidieron gracias a un programa de movilidad estudiantil.

Müller, de nacionalidad alemana, mantuvo en Málaga diversos encuentros para defender las bondades del acuerdo de libre comercio que se ha ultimado con Canadá y del que se negocia con Estados Unidos, Trump mediante. Iniciativas que encuentran un serio rechazo entre la pequeña y la mediana empresa no exportadora (la gran mayoría), que él atribuye a informaciones inciertas que calan entre los afectados. Noticias que no consigue contrarrestar. El analista, además, lamentaba el paulatino crecimiento del desapego que notaba en el país hacia la UE. Y cuando se le justificaba que era consecuencia de la crisis y la respuesta de las instituciones europeas, defendía, como ejemplo, que esos organismos jamás pidieron al Gobierno que recortara en sanidad y educación. Sus recomendaciones eran otras, pero cayeron en saco roto, explicó a los presentes en el encuentro. E incidía en que ahora ya nadie quiere acordarse del enorme volumen de fondos europeos que han regado la economía de España y de Andalucía durante las dos últimas décadas.

En Bruselas ha estado esta semana la presidenta de la Junta. La capital donde supuestamente se toman las grandes decisiones o a la que los políticos utilizan de coartada. Un paso más para forjar, posiblemente, esa imagen de estadista que la lleve a convertirse en la primera mujer que dirige el PSOE y también la primera que alcance la jefatura del Gobierno. Pero las estrategias a veces se descuadran por un flanco inesperado: la sanidad. La peor tarjeta de presentación para una dirigente socialdemócrata con aspiraciones.

Seguro que en la continua denuncia confluyen todo tipo de intereses. Pero el deterioro de los servicios se constata y el aguante de los profesionales es evidente. Retrasos en las aperturas de los hospitales de Ronda y el Guadalhorce. La ampliación petrificada del Costa del Sol. La promesa del megahospital para Málaga, los centros de salud de Mijas, Fuengirola y Estepona. Aquel Instituto de Investigación Biomédica prometido hace siete años, la punta de lanza del I+D+i de la comunidad que se quedó en un titular periodístico de campaña. Las denuncias continuas de reducción de camas, las listas de espera y el sinfín de problemas en las urgencias o en las demoras en las consultas de varias especialidades. Mejor aterrizar pronto en la realidad.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios