La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Burlarse del Holocausto

El vídeo repugnante del infame "artista" se grabó en la cámara de gas del campo de exterminio de Stutthof

La libertad de expresión y de creación artística debe tener límites en una democracia? Sí, los que le marquen las leyes. ¿Las leyes establecen con suficiente claridad dichos límites? No. ¿Cuando se denuncian obras que ofenden gravemente a las víctimas de cualquier atrocidad, se banalizan o ridiculizan crímenes de guerra y genocidios o se hace burla de los más intolerables sufrimientos, los jueces interpretan dichas leyes a favor de los demandantes o de los demandados? Casi siempre de los segundos por miedo a la palabra censura.

Así se comprende que en 1999 un supuesto "artista" polaco llamado Artur Zmijewski lograra grabar un vídeo en el que veía a unos tíos y unas tías en pelotas jugando al pilla-pilla dentro de una cámara de gas nazi. Así se comprende que en 2015 el infame vídeo del hideputa "artista" formara parte de la exposición Polonia-Israel-Alemania: la experiencia de Auschwitz organizada por el Museo de Arte Moderno de Cracovia. Fue entonces cuando estalló el escándalo y diversas instituciones internacionales pidieron que se retirara. El museo lo hizo durante un breve tiempo pero volvió a proyectarlo… ¿A que saben por qué? Sí, en efecto: por respeto a la libertad de creación artística. Asqueroso, pero cierto.

Ahora el vídeo ha vuelto ser noticia porque por fin se ha identificado la cámara de gas en que se grabó, lo que era necesario para formalizar denuncias. Lo ha logrado el abogado israelí David Chamberg gracias a unas imágenes de la visita que el pasado mes de julio efectuó la duquesa de Cambridge a un campo de exterminio, en las que el abogado pudo reconocer la cámara de gas en la que se había llevado a cabo la grabación. Se trata del campo de exterminio de Stutthof (Polonia), inaugurado en 1942, controlado por fuerzas masculinas y femeninas de las SS y voluntarios ucranianos bajo el mando del SS-Gruppenführer Fritz Katzmann, cuyo largo historial de crímenes en la Polonia ocupada quedó, como el de la mayoría de los criminales nazis, impune: vivió tranquilamente bajo un nombre falso en Alemania hasta su muerte en 1957. Los crematorios y la cámara de gas -con capacidad para 150 personas en cada turno- fueron inaugurados en 1943. 110.000 personas pasaron por este campo. 65.000 fueron asesinadas en la cámara de gas elegida por el "artista" polaco para grabar a los tías y tías en pelotas jugando partidos de risa. ¿Arte? No. Repugnante delito.

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