La CUP

Como en una película, los marcianos han adoptado el aspecto de los políticos de la casta

Como se lo digo, Don Anselmo, en Málaga gobierna la CUP. Lo que ocurre es que no nos hemos percatado hasta la fecha porque, como en la película La invasión de los ladrones de cuerpos, los marcianos han adoptado el aspecto de los políticos de la casta. Sin su corte del pelo al hacha y las camisetas revolucionarias, no hay manera. Pero se lo digo yo, que los tengo muy estudiados. Fíjese en la polémica del tranvía al Hospital Civil. El PP condiciona la autorización del trazado a que el consejero de Fomento escuche antes a los vecinos del barrio. Igualito que en Cataluña. Donde están empeñados en que no se escucha al pueblo, que hasta hace solamente dos días tenía una sola voz y ahora es un gallinero. Su homóloga de Sanidad anda preocupada. Sospecha que, si se sienta con todos, no terminará antes de que los catalanes se independicen y le saldrán más pústulas en el pompi que a santa Balbina. Y aún le digo más. Aunque los más sesudos estudios en urbanismo y planificación territorial de la Universidad de Berkeley establecen que metros y tranvías son sistemas generales que dan servicio a toda la ciudad, aquí están empeñados en que los únicos afectados son los vecinos del barrio al que llega. Igual que los catalanes. Porque digo yo que también nos podrían preguntar a los residentes en los barrios de los que sale. Pues no. Porque detrás de todo esto anda la CUP, que no se entera que los actuales vecinos se mudaron allí hace unos años y que sus hijos probablemente se irán un día de estos. Además, también hay quien ya ha hecho sus cuentas y le ha salido que todo el barrio está en contra. Que a la manifestación de rechazo sólo asistieran 140 personas no les quita la razón porque quienes se oponen son unos antidemócratas. Allí, unos fascistas. Pero sólo porque en aquellos lares la invasión está más avanzada. Y en el fondo de todo esto ¿qué hay? Pues lo mismo: la pela. Lo que nos toca pagar. Que siempre es mucho y que ojalá fuera menos. Pero que no puede ser motivo para echar a pelear a unos vecinos con otros en una bronca sin sentido desde el día en que se empezó discutiendo si los muros pantallas eran de izquierdas o de derechas ¿Lo ve?, don Anselmo. Aquí mandan ellos, pero transmutados. Se metieron en La Invisible hace tres años y aunque la Gerencia ordenó su cierre, ahí siguen. En los Baños del Carmen se mimetizaron con guayaberas de lino y ya ni nos acordamos.

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