QUIERO aprovechar este espacio para relatar mi experiencia vivida con una persona muy entrañable, y a la que todos los que trabajamos en el Parque Tecnológico de Andalucía le debemos mucho; hablo de D. José Pérez Palmis, más conocido por "Pepe", como él mismo se presenta en foros internacionales, diciendo sencillamente "call me Pepe".

Creo que ha llegado el momento de contar parte de su historia y la enorme vinculación de Pepe con AT4 wireless. Le conocí a finales de los ochenta, en una Málaga muy distinta a la que la mayoría de las nuevas generaciones conocen hoy, el tejido industrial y tecnológico estaba bajo mínimos, y con un futuro incierto.

Por aquel entonces Pepe era el Presidente del primer Consejo Social de la Universidad de Málaga, del que a su vez Felipe Romera era Secretario. Fue en ese Consejo Social donde se gestó la idea de hacer un Parque Tecnológico en Málaga (PTA), y Pepe fue su gran impulsor. No voy a contar aquí esa parte de la historia, eso le corresponde a Felipe, pero creo que me corresponde a mí contar cómo nació la idea de crear el Laboratorio especializado en Telecomunicaciones.

A finales de 1989, por el mes de noviembre, desde la Asociación de Ingenieros de Telecomunicación de Málaga, decidimos organizar una jornada de presentación a la ciudad de Málaga de la Asociación, pero todo esto era una simple excusa para apoyar el proyecto de creación del PTA, proyecto en el que sólo unos pocos creían (visionarios), y que muchos ignoraban, cuando no atacaban, al no nato, desde su desconocimiento e ignorancia.

La jornada se realizó en el palacio de Miramar con el apoyo del entonces alcalde Pedro Aparicio; invitamos a participar a la Dirección General de Telecomunicaciones, y fue su representante, el que en el transcurso de la disertación, dijo que se había diseñado un plan para crear una red de laboratorios en España, y que ya estaban operativos los de Cataluña, País Vasco y Madrid, pero que "si Andalucía no presentaba su proyecto, perdería una subvención de 400 millones de pesetas".

Como suele ser práctica habitual en este tipo de actos, una vez finalizadas las intervenciones, todos fuimos directos a tomar unos aperitivos, pero la excepción fue Pepe, que se dirigió al ponente de Madrid para preguntarle: "¿Es cierto eso que has contado, que se pueden perder 400 millones para un laboratorio de telecomunicaciones?" Como la respuesta fue afirmativa, Pepe se dirigió a los responsables de la Junta de Andalucía que asistían al acto, y en conversación con ellos, le propusieron dinamizar el proyecto del laboratorio desde Málaga.

Andaba yo entre canapés y compañeros de profesión cuando, se acercó Pepe y me dijo: "Luis Fernando, el laboratorio es tu proyecto, vamos a constituir una asociación para presentar una propuesta". En esos momentos pensar en un proyecto tan ambicioso movido por particulares absolutamente desconocidos, me pareció una locura imposible.

A los pocos días Pepe nos trajo a Felipe y a mí unos papeles a firmar (yo ni me acordaba ya de la jornada ni mucho menos del proyecto del laboratorio, sólo quedaban los vapores de un momento de euforia entre copas y canapés).

¿Qué nos traes a firmar Pepe? La respuesta no se hizo esperar: "Son los documentos para crear la Asociación al Servicio de la Investigación y la Tecnología, ASIT, la que va a presentar el proyecto del laboratorio". No me lo podía creer, no era un farol, Pepe iba en serio, y puesto que ya me había comprometido no podía decirle ahora que no, que era una locura; por lo menos había que intentarlo.

ASIT se creó oficialmente cumpliendo todos los requisitos de asociaciones sin ánimo de lucro, trabajamos en el proyecto unos pocos meses y cuando ya teníamos una propuesta Pepe se fue a Madrid a presentarlos y defenderlos. Francamente, después yo me olvidé del proyecto, y no esperaba respuesta, pero cual no sería mi sorpresa, cuando transcurridos unos pocos meses, Pepe nos llamó para informar que había llegado una notificación y que se había aprobado el proyecto de ASIT para poner en marcha un laboratorio de Telecomunicaciones en Málaga. Yo no me lo podía creer, pero Pepe añadió que ya sólo había que hacer el proyecto, así de sencillo.

Por aquel entonces en la Junta de Andalucía habían cambiado nuestros interlocutores, y tuvimos que empezar a explicar la situación del proyecto, del porqué de ASIT, y un largo etcétera de negociaciones, en las que disfruté de la compañía de Pepe camino de Sevilla, aprendiendo de él continuamente y respirando ese positivismo y generosidad que le caracteriza, siempre con una inteligencia y sencillez llena de humanidad.

Por fin el laboratorio se constituyó en abril de 1991, Pepe ocupó un puesto en el Consejo de Administración, con enorme sentido de la responsabilidad, en el seguimiento del buen fin del proyecto empresarial, hasta el año 1995 en que ASIT dio por finalizada su misión saliendo del accionariado.

Pepe ayudó a la creación del PTA, su promoción e internacionalización, en la negociación para traer la Asociación Internacional de Parques Tecnológicos, IASP, y así en un largo número de proyectos, de los que quiero destacar los que ahora está llevando a cabo en La Palmilla para ayudar a recuperar un barrio deprimido como todos sabemos, y transformarlo como Pepe dice en "una barriada del conocimiento".

Los que quieran seguir o conocer más en profundidad los proyectos de Pepe, están invitados a visitar las páginas web de ASIT o del proyecto La Palmilla: www.asit.es y en www.lapalmilla.com. Si aún no han tenido ocasión de hablar personalmente con Pepe, les invito a hacerlo, es una experiencia personal y humana que deja huella, eso sí, mucho cuidado, porque se puede salir con un proyecto bajo el brazo, que les marcará positivamente para el resto de su vida.

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