Crónica levantisca

juan Manuel / marqués Perales

Cámara zombi

DESDE que me enteré de las triste noticia, he tenido que aumentar por prescripción médica la distancia que corro todas las mañanas: es la única receta natural que procura un incremento de la segregación de endorfinas. Y es que desde que supe que Tomás Gómez había dimitido como senador no concilio el sueño. Qué pesar. El líder de los socialistas madrileños dimite porque él recusó a un juez que ha sido elevado al Consejo General del Poder Judicial mediante un acuerdo entre todos los partidos.

Y pensé: hubiera bastado con que Gómez votase en contra de ello, y así hubiésemos aplaudido la ruptura de la disciplina de voto, pero es que resulta que al juez, Martínez Tristán, no lo eligió el Senado, sino el Congreso. Y pensé: pobres electores madrileños, que llorarán por Callao el cese de su senador, pero resulta que a Gómez no lo eligieron, sino que era miembro de la Cámara Alta por designación de la Asamblea de Madrid. Es decir, que no fue elegido por sufragio universal, sino por dedazo del Parlamento autonómico donde él es el líder de la oposición. De eso, que se sepa, no ha dimitido.

Además de Gómez, son senadores por designación autonómica, entre otros: José Antonio Griñán, Javier Arenas, Emiliano García-Page, José Montilla y Alicia Sánchez Camacho. Griñán, al menos, dimitió como parlamentario andaluz, y pudiera ser un ejemplo de miembro de una cámara senatorial donde los escaños fueran ocupados por hombres y mujeres experimentados, con sentido de Estado y libres de ataduras. Pero ni por ésas: la única justificación del Senado es que fuese un contrapeso al poder del Congreso, y para ello, o debería ser de representación territorial o sus componentes tendrían que renovarse a un ritmo y en unas fechas distintas al de la Cámara Baja, al estilo del EEUU. Y aun así, ¿tendría sentido el bicameralismo?

Que respondan los catedráticos de Constitucional, pero el Senado, el de hoy, es una Cámara zombi, donde para tener notoriedad hay que dimitir, como el tal Gómez, que en realidad se va para tensar la cuerda de las primarias del PSOE. El Parlamento andaluz votó el miércoles por segunda vez en un año a Francisco Álvarez de la Chica como senador autonómico. Lo fue en 2012, cuando salió de la Consejería de Educación para ser portavoz; ahora, que no lo es, que lo sustituye Mario Jiménez, vuelve a la Cámara Alta. Y en ello iba pensando cuando me topé con un parlamentario andaluz del PP que llegaba tarde a esa votación en las Cinco Llagas: "Es que vengo del Senado".

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios