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Cambio climáticoSouth China Morning Post

¿Halloween?

Estaba buscando unos sellitos que una de mis nietas necesitaba para un trabajo en el colegio. La señorita que me atiende en el establecimiento me enseña unos con las letras del abecedario en colores y otros con personajillos infantiles, de estos de hoy. Me agradan, los tengo en la mano, pero acto seguido me dice: "Tenemos también estos de Halloween, que se están vendiendo ahora mucho". "¡Ah, sí! ¿Y eso?", le contesto. "Es que como usted sabe que en casi todos los colegios dan inglés y como esto es una tradición inglesa de estos días, pues para que los niños sepan las tradiciones". "¿Y tú sabes lo que significa?", le pregunto. Y con cara de asombro me dice: "Pues no". Desde hace varios años se ha tomado la costumbre, en muchos ambientes, de celebrar Halloween y tengo la impresión de que todos estos que adoptan esta moda no saben ni de qué se trata. Para remontarnos a los orígenes hay que decir que en la antigüedad era la celebración del Año Nuevo celta. Se la ubica en Gran Bretaña e Irlanda, en épocas antiquísimas. Pensaban que en la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre el espíritu de los muertos regresaba a su casa y que, además, esa noche vagaban diablos de toda especie, hadas, duendes, brujas y toda clase de espíritus extraños. Los irlandeses que emigraron a Estados Unidos, en la segunda mitad del siglo XIX, llevaron esta celebración y allí, en América del Norte, tomó características diversas: invadir casas para romper ventanas, reclamar la entrega de regalos y, muchas veces, quedó convertida simplemente en una diversión para los niños que se disfrazaban e iban pidiendo golosinas. Pero como estamos en España lo normal sería celebrar nuestras tradiciones con el sentido que tienen. Y es que en nuestro país parece que nos da vergüenza decir lo que pensamos y creemos.

Elena Baeza (Málaga)

Sin baloncesto en La 2

Anunciado por La 2 el partido de la Euroliga Olympiacos-Unicaja para las 19:45, cuál no es mi sorpresa (y la de la radio) cuando enciendo la tele y dispuesta a disfrutar de mi Unicaja, son las 20:20 y me encuentro un partido de tenis en La 2, programado por Teledeporte, y sigue mi asombro cuando pienso: ¡lo habrán cambiado a Teledeporte! Pues no, está retransmitiéndose el tenis por La 2 y Teledeporte y del baloncesto programado nada de nada. Un desprecio para el baloncesto y para los aficionados del Unicaja. Bien por el servicio público de la televisión pública. Ahora toca poner la radio. Enhorabuena a Punto Radio.

Isabel Chauca (Correo electrónico)

Explicaciones

Resulta intolerable la inasistencia de la mayor parte de los diputados en la sesión de control al Gobierno del 29 de octubre. Dicha ausencia permitió que Solbes evitara tener que dar explicaciones sobre la situación del paro, materia que ocupa el primer lugar en el ranking de preocupaciones.

José T. Cruz (Correo electrónico)

Al hacer público su posicionamiento acerca del cambio climático, China ha puesto sobre la mesa dos imperativos nacionales que parecen entrar en conflicto. Los líderes del país reconocen la necesidad urgente de combatir el cambio climático y detener la degradación ambiental causada por la rápida industrialización, pero también se han comprometido a que tales esfuerzos no estorben el crecimiento económico necesario para sacar a millones de personas de la pobreza. El Gobierno tiene pocas opciones. El cambio climático ya está provocando una caída de las cosechas, sequías e inundaciones en China. Estos desastres tienen un alto coste económico, y ese coste aumentará en los próximos años. La pasividad no es una opción. El dilema no es único. Otras naciones en desarrollo también hacen frente al desafío de equilibrar el crecimiento económico con la protección medioambiental. De manera comprensible, las naciones más prósperas quieren que los países pobres -especialmente China y la India- se limpien y están ejerciendo una presión cada vez mayor para que lo hagan. Beijing está proponiendo una solución con la que otras economías emergentes deberían coincidir. (...)

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