El triciclo

javier Cintora

Campañas y realidades

DESDE hace ya varias semanas los líderes de los partidos políticos se pasean por Andalucía lanzando promesas para todos los gustos. Pasan los años y se repiten los discursos. Todos se presentan como la gran solución pese a que ellos han contribuido de forma decisiva al pozo del que intentamos salir con muchos esfuerzo. Y todos han sido culpables del desapego de la ciudadanía hacia su clase política. Solo Ciudadanos y Podemos, abofeteado ahora por los negocios de Monedero, parecen salvarse de esa quema. Y mientras los políticos dibujan esa realidad paralela, tan ficticia que sólo ellos son capaces de creérsela, los derechos de la ciudadanía siguen resintiéndose. El pasado sábado Victoria Bayona informaba en este periódico de la delicada situación por la que atraviesa un centro de acogida de menores. El mensaje de ayuda lo lanzó la prestigiosa catedrática de Derecho Público Internacional de la UMA y experta del Comité Antiterrorista del Consejo de Europa, Ana Salinas, que describió gracias a su colaboración con una ONG un paisaje desolador: "Cuando el otro día acudimos a llevarles mantas que necesitaban por el frío nos encontramos con que ese mismo día ya no tenían nada que comer". Gracias a su llamada de auxilio se inició una campaña de recogida de alimentos pese a que desde la Junta se niega que el centro tenga problemas. Los mismos que tampoco tendrían los alumnos de La Cónsula para iniciar el curso. De hecho, la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, anunció a finales del año pasado que las clases empezarían con total normalidad el 7 de enero. La normalidad ha sido tal que los alumnos han decidido que a partir de hoy no irán a clase cansados de las promesas incumplidas y de que la mitad de los fogones no funcionen o de que ellos mismos tengan que limpiar. Son solo dos ejemplos del mal funcionamiento de una administración que no es capaz de garantizar los derechos de menores o el aprendizaje de los alumnos de una escuela que hasta hace unos meses gozaba del mayor prestigio nacional. Por eso irrita escuchar sus discursos, los del PSOE y los del PP, sus falsas promesas, los proyectos del Guadalmedina, del tercer hospital, del Chare de Fuengirola... Lástima que las hemerotecas pongan después a cada uno en su sitio, pero mientras tanto deberemos seguir escuchando mensajes vacíos que sólo ayudan al descrédito de la clase política.

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