DA la impresión de que algunos medios de comunicación hacen méritos para ver quien tira más dinero. Encargar sondeos sobre cómo va el voto en Madrid cuando no se conocen los candidatos es absurdo en unas elecciones como las autonómicas y municipales, en las que por encima de las siglas el tirón lo da el candidato, hasta el punto de que es frecuente que alcance la mayoría en las municipales un partido que pierde las generales.

Es la razón de que Pedro Sánchez haya cambiado el candidato del PSOE al gobierno regional y se haya decantado por un Ángel Gabilondo que atrae voto de centro; es la razón de que Rajoy no se haya decidido todavía por nadie a la espera del resultado de las investigaciones en marcha, no vaya a ser que "contaminen" a Esperanza Aguirre, que según sus datos es quien lograría más votos, y es la razón de que personas que hace una semana aseguraban que iban a votar a Ciudadanos confiesen ahora su paso atrás porque han designado candidata a una mujer que no tiene ni dos meses de militancia, y que ha seguido la estrategia de hacerse un nombre acudiendo a tertulias de televisión. Que no es precisamente lo que más gusta a la gente seria que medita su voto.

Este fin de semana se ha celebrado en Madrid una reunión de dirigentes socialistas y socialdemócratas con Pedro Sánchez y Felipe González como anfitriones. Un gesto por parte del ex presidente, que con su asistencia ha expresado su apoyo al secretario general del PSOE en un momento de horas bajas. Ya lo escribió González hace unos días, lo que debe hacer un partido que pretende gobernar es trabajar pensando en los ciudadanos, y huir de endogamias y rivalidades internas. Menos aún en un año electoral en el que se juega el futuro de España y el futuro también del PSOE.

En esa reunión en la que se analizaron los problemas comunes de los partidos representados a través de sus líderes socialistas, se analizó en profundidad las consecuencias de la aparición de formaciones populistas que están logrando resultados importantes. La razón, aparte de la agonía que ha provocado la crisis económica, ha sido también la decepción ante determinados candidatos que no han demostrado la fortaleza necesaria para defender lo que hay que defender. El populismo no ha cuajado en Alemania ante una Merkel sólida, aunque sí en la Francia de Hollande -quizá Le Pen no repetiría tan buenos resultados con un Hollande que ha ganado puntos-, en la Grecia de Samaras o en la Italia post Berlusconi que dio cancha a Beppo Grillo. Y Podemos sube puntos en España por la decepción que provocan Rajoy y Sánchez.

En política, los nombres importan mucho. De ahí el golpe de autoridad de Sánchez en Madrid, y que Rajoy se tome su tiempo antes de decidir respecto a Madrid y Valencia.

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