Castro o Cifuentes

Los de arriba y los de abajo, el problema más antiguo del mundo, aunque algunos crean que lo ha inventado Iglesias

El pueblo es aquella parte del Estado que no sabe lo que quiere, decía Hegel, y en ocasiones como la muerte de Fidel se pone especialmente de manifiesto. Hace unos días Teresa Rodríguez hacía una acalorada defensa de Castro como gran benefactor del pueblo cubano. Y resulta curiosa la simpatía que puede despertar un dictador entre los más acérrimos defensores de la libertad, la misma gente que constantemente ve terribles conspiraciones y manos oscuras para someter al pueblo, no ve como un señor ha sometido al suyo durante 60 años, a la luz del día. Sin embargo, Fidel goza de gran simpatía, y hasta prestigio, entre la nueva izquierda, y no es porque se actualizara a los nuevos tiempos, sino porque los nuevos tiempos no son más que una vuelta a los viejos tiempos. ¿Por qué cae más simpático Fidel que Pinochet? Ambos han sido dictadores, ambos han cometido infinidad de crímenes y ambos los han cometido en nombre del pueblo, pero Fidel ha sabido siempre mantenerse identificado como parte de ese "pueblo", mientras que Pinochet ha sido siempre visto como miembro de una élite, muy por encima de él. Los de arriba y los de abajo, el problema más antiguo del mundo, por más que algunos crean que lo ha inventado Iglesias. Desde siempre, eso que llaman el pueblo, los humildes, ha sentido un profundo rechazo hacia las élites y el poder, y una profunda empatía y adoración por cualquiera de los suyos que les plantara cara.

La clave, obviamente, es que te sigan percibiendo como pueblo, incluso tras 60 años en el poder. Pero en eso suelen ayudar mucho las propias élites, es más fácil parecer pueblo llano cuanto más soberbios son los rivales, pero, curiosamente, una de las características de la élite es no hacer jamás un esfuerzo por no parecer una élite. Esperan, como Hillary, que la gente los prefiera por su incuestionable superioridad, aunque sean justo esos aires de superioridad los que los hagan más detestables. Cifuentes dice que Madrid paga la Sanidad y la Educación de Andalucía, y la reacción de Bendodo es decir que Cifuentes es una "buena amiga". Y sin duda es mucho peor defender a Fidel que a Cifuentes, acabáramos, pero hoy habrá más gente en Andalucía que se identifique con Teresa Rodríguez y menos que se identifique con Bendodo. Ser o no ser pueblo, quizá esa vuelva a ser toda la cuestión.

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