Bloguero de arrabal

Pablo Alcázar

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Clonación de reptiles

Borges pensó deber su fama a haber adaptado a nuestro tiempo las metáforas fundamentales

Desde que Jorge Luis Borges, en 1981, enumerara las cosas a las que debía la fama, han pasado muchísimas cosas; hoy casi nadie aspira ni a la fama ni a la gloria eternas. Se contentan con ser felices, intermitentemente. El escritor pensaba que debía su fama al ajedrez y al jazmín, a los tigres y al hexámetro. A haber urdido algún endecasílabo, a no haber salido de su biblioteca, a haber enseñado lo que no sabía a quienes sabrán más que él; a haber vuelto a contar algunas historias, a haber eludido sobornos, a ser ciego o a "ser esa cosa que nadie puede definir: argentino". Pero no es por ninguna de estas cosas por lo que lo recuerdo; lo traigo aquí por haber confesado que su fama podría deberse, también, a "haber ordenado en el dialecto de nuestro tiempo las cinco o seis metáfora" fundamentales. Los columnistas nunca damos soluciones a los problemas del presente, pero sí nos empeñamos en hallar una de esas metáforas capaces de traducir los hechos al dialecto actual. Y pensé en el rabo de una lagartija, tras una semana de confusión extrema, en la que hemos visto al PP situarse a la izquierda de Ciudadanos, al PSOE, colocarse a la derecha del PP y a Podemos, ensimismado en su mansión; a Megan Markle, una feminista confesa, arropada por un predicador del amor, gesticulante y gritón, del que se reían las aristocráticas pamelas de Winsor. A Zaplana, de la corte de Aznar, el guerrero de la dura faz, detenido por un presunto delito fiscal y de blanqueo de capitales. A la Botín, líder del Santander, enterándose de pronto de que en los consejos de administración hay pocas mujeres. A un president racista, haciendo de mamporrero de un capitán que abandonó el barco antes de que chocara con el iceberg, dejando a la tripulación y al pasaje, como gilipollas, con el agua al cuello. Pero fue al conocer la caída del PP y el auge de Ciudadanos, cuando me acordé de las lagartijas que cogíamos en Loja para estudiarlas en Ciencias. Aunque no tengo muy claro si cuando les cortábamos el rabo, les salía uno nuevo o si, a partir del rabo seccionado, se generaba un clon. Tampoco sé muy bien si Ciudadanos es el rabo de la lagartija, que crece y crece, o es la lagartija del PP a la que le ha crecido el rabo. Como Borges, me sentiría r compensado si se me recordara por haber inventado esta metáfora de reptiles.

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