Colas

El día que cometí la locura de ir al centro a ver el alumbrado con mi familia tardé más de una hora en aparcar

Para los niños y para las madres; para los que se acercan en coche y para lo que intentan coger el autobús; para los malagueños y para los turistas; para los que van en fin de semana y para los que prefieren los lunes; para los que escogen la sesión de tarde y para los que optan por la de noche. Para escuchar a Carmina Burana destellar en calle Larios siempre hay colas y cada uno piensa que la suya es más larga que las demás.

El día que cometí la locura de bajar al centro a ver el alumbrado festivo con mi familia tardé más de una hora en aparcar y casi lo mismo en remontar hasta la Plaza de la Constitución. Esta ratonera en la que se convierte el contundente espectáculo de luces y sonido ha superado todas las expectativas, las buenas y las malas. En Navidad hay que ver el lado positivo de las cosas: es un show gratuito que le da vida a las calles y es apto para todos los públicos. Ha aparecido en los informativos nacionales y acumula miles de visitas en Youtube. Pero cuando intentaba entrar en el tercer aparcamiento público con el cartel de 'completo', me planteaba que al Ayuntamiento se le había ido de las manos la acogida de la iluminación y era evidente que había faltado planificación para los accesos y el transporte.

No debí ser la única en pensar así porque intentaron arreglarlo días después. Primero anunciaron sin previo aviso que se cortaba el tráfico privado de la Alameda y el Parque para favorecer la movilidad. Al momento se quejaron los comerciantes porque les perjudicaba y la Policía tuvo que anularlo. Luego, la concejala Porras decidió instaurar un tercer pase del espectáculo los fines de semana y se vio obligada a dar marcha atrás por el mismo motivo. Los dueños de los comercios de la zona, abarrotados en estas fechas en parte por el éxito del alumbrado, pueden opinar y disponer sobre las medidas que intentan favorecer la rotación de los visitantes pero no están dispuestos a contribuir al mantenimiento de las luces. El Consistorio ha rechazado la idea de los grupos de izquierda de una colaboración público-privada para financiar la iluminación, como sí se hace en otras ciudades. Se ha limitado a tomar nota de los atascos y la masificación ya para el año que viene y, mientras tanto, como canta Freddie Mercury bajo el cielo de leds: "Show must go on".

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