Al margen

Ramón Triviño / Almargen@malagahoy.es

Color de esperanza

DURANTE los últimos días la dirección del PSOE de Málaga ha ido presentando en sociedad a los aspirantes a ocupar, o revalidar, las alcaldías de algunas de las poblaciones más emblemáticas de la Costa del Sol. La puesta de largo de los candidatos ha tenido un denominador común, escenarios al aire libre, rodeados de vegetación, que han transmitido, además de cierto aire bucólico y pastoril, el mensaje de la llegada de tiempos nuevos, representados en caras nuevas, que presuponen ideas renovadoras, que con el fondo verde, el color de la esperanza, evoca aquellas ciudades idílicas que pintó José Ramón para la histórica campaña de Felipe González en el año 1982.

Otros pueden pensar que a falta de pan, buenas son tortas. Frente a candidatos populares con muchos años en el machito, larga experiencia y elevado conocimiento entre el electorado, se contrapone gente joven, sobradamente preparada y con ganas de comerse el mundo. María Gámez, la candidata a la Alcaldía de la capital, responde perfectamente a este perfil, con el añadido de que destila buen rollito, lo que hace que gane puntos en la distancia corta y se cree en su entorno cierto ambiente de energía positiva.

Esta es, al menos, la sensación de algunos de los concejales del PSOE de Málaga que asistieron a la toma de contacto entre Gámez y el grupo municipal Socialista en el Ayuntamiento de Málaga. Hablaron casi todos los ediles y la candidata, que no entró en faena, aprovechó la buena acogida para invitar a todos a sumarse al nuevo proyecto de ciudad que ella pretende representar.

El trabajo comenzará en el mes de septiembre, aunque en los próximos días de Feria, en los que la candidata se hará omnipresente, será una buena oportunidad para comenzar a escudriñar su entorno a la búsqueda de las que serán piezas fuertes en su equipo.

Entre los populares, aunque conocedores de que Francisco de la Torre no suele desvelar sus intenciones hasta última hora, más de uno anda con las orejas tiesas, ya que parece lógico que el actual alcalde se vea en la necesidad de renovar a parte de su equipo para evitar que, en el caso de repetir victoria, la gestión municipal pese como una losa de granito sobre las espaldas.

También será durante las Fiestas Mayores cuando, como cada víspera electoral, se aprovechen las muchas horas a que obligan los diferentes actos festivos para estrechar contactos, sembrar simpatías o abrirse paso a codazos. Aunque más de un edil será consciente de que su actuación a lo largo del mandato de la actual Corporación no conseguirá el aprobado por mucho que se quiera bajar el listón. Aunque la mesa camilla siga siendo un buen nido de influencias.

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