Desde la Caleta

Manuel Atencia / Robledo

Congreso y derrota

LA gravísima crisis por la que pasa el socialismo español no se arregla con un apresurado congreso, tras la perdida del Gobierno y las derrotas electorales de los últimos meses. Limitarse a elegir entre el candidato que ha sacado el peor resultado en 35 años y una representante genuina del zapaterismo, responsable en gran medida del hundimiento socialista, no parece la mejor fórmula para salir del pozo.

En las semanas previas al conclave, no ha existido un debate sobre las causas de la situación y sus soluciones. Solo hemos visto como se tiraban los trastos a la cabeza velada o abiertamente, con mucho juego subterráneo, y como han salido a relucir las divisiones existentes.

Me ha parecido especialmente lúcido el análisis realizado por el veterano socialista gaditado Ramón Vargas Machuca, en el que afirma que "la crisis de incumplimiento, de insolvencia y de impotencia" del PSOE "no se arregla con una apaño de jerarcas" ni añadiendo "cualquier novedad al repertorio". Considera este socialista que no se puede rehacer en un fin de semana lo que se ha deshecho durante años y, para evitar un cierre en falso del conclave socialista, apuesta por un proceso constituyente.

Creo que no le falta razón al profesor Vargas Machuca. Como algunas veces ha dicho un socialista malagueño al que respeto mucho, el PSOE lleva muchos años sumido en una grave crisis que la inesperada victoria del 2004 dio, erróneamente, por superada.

La dirección socialista saliente cometió un grave error convocando este congreso y la nueva se seguirá equivocando si no va a la raíz del problema que la izquierda socialdemócrata en general y la española en particular padece.

El PSOE tiene problemas muy grandes, ha abandonado su discurso nacional, se ha alejado de los sectores centrales de la sociedad española y, en consecuencia, se ha visto abandonado por una gran parte de sus votantes. Todo ello quizá hubiese aconsejado un proceso parecido al que el centro derecha español inició en 1989, con la refundación del Partido Popular.

En todo caso, los socialistas han celebrado su 38º congreso y han elegido a Rubalcaba como secretario general y Chacón ha sido derrotada. Pero no debe olvidarse que este Congreso tiene otro perdedor, José Antonio Griñán. Aunque públicamente no había manifestado su apoyo explícito a ninguno de los dos candidatos, es evidente que él y la dirección andaluza apostaban por Chacón. Y lo hacían por dos razones: porque Rubalcaba representaba a Chaves y Zarrías y porque consideran que el candidato recién derrotado en las urnas, y sus 60 años, son una rémora más que añadir al débil liderazgo del presidente de la Junta y a las limitadas posibilidades electorales del PSOE andaluz.

El PSOE tiene nuevo secretario general y Andalucía está cada vez más cerca de tener un nuevo presidente.

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