El regreso a Torremolinos en 2016 con un concierto que, bastantes años después, reconcilió a la banda con el lugar donde empezó todo, llenó a los miembros de Danza Invisible de una energía renovadora que invitaba a seguir mirando al futuro. De modo que el grupo malagueño celebró el pasado sábado sus 35 años de historia en el Auditorio del mismo Torremolinos, con una actuación muy especial en la que Javier Ojeda y los suyos revisaron sus grandes éxitos e incluso rescataron temas nunca antes interpretados. El recinto, repleto, vibró entregado en cada compás.
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