LA buena marcha del Unicaja tiene como una de sus claves la buena química, el grupo humano formado. Incluso los jugadores norteamericanos están integradísimos en el equipo y en la ciudad. Buen ejemplo es Tremmell Darden. Su hijo de 5 años pone en pie al Carpena bailando en los tiempos muertos. Y hoy vive una jornada especial. Sale como paje del Rey Baltasar en la cabalgata. Eso sí, con precauciones. Se recupera de una fractura en su mano izquierda que le tiene un mes de baja. La recomendación es que lance con la mano derecha los caramelos. Y el club ha contratado un seguro. Por lo que pueda pasar.

LA guerra contra la doble fila se recrudece en las fiestas navideñas. El afán por hacer las últimas compras de Reyes ha multiplicado el número de conductores que deciden aparcar sus coches, sin pudor, en las paradas de autobuses de la Alameda Principal. Va siendo hora de que la Policía Local lo impida.