Postales desde el filo

José Asenjo

Debate y combate

HABLAN del reciente debate sobre el estado de la nación como el del canto del cisne del bipartidismo. El último botellón, para los más ingeniosos. Sus protagonistas han sido examinados como personajes de un western crepuscular. Del estado de la nación sabemos hoy lo mismo de lo que sabíamos antes de que empezara. En realidad nos interesa más el combate que el debate. Los políticos que la política. Rajoy llegó al Congreso sintiéndose muy superior, como el Barcelona ante el Málaga en la noche del sábado anterior. Al final acabó dando patadas de impotencia a Pedro Sánchez, como las que Neymar y Jordi Alba propinaron a jugadores malaguistas. Aunque hay opiniones para todos los gustos, ganó el debutante. Claro que para saber a quién darán como triunfador los grandes medios nacionales no hace falta celebrar el debate. Algunos, nada más iniciarse el acto parlamentario, se apresuraron en las redes a anunciar el triunfo de Iglesias. La presencia de una ausencia. Cuanto hemos echado de menos a esos líderes emergentes que por ahora no cuenten con más legitimación que las encuestas. Sin embargo, los de Podemos que fueron elegidos para estar en el Parlamente Europeo, no aparecen por allí. Es una gran frivolidad banalizar los resultados de los procesos electorales y sustituirlos por el imperio de los institutos de opinión. No creo que de haber estado presente los representantes de los nuevos partidos se hubiesen oído cosas muy distintas a las dichas estos días en el Congreso. La única novedad es que son otros. Claro que, tal como están las cosas, no es poco. Yo no celebro el fin del bipartidismo, en el balance de estas décadas hay más ganancias que pérdidas para el país con este sistema que nos apresuramos a liquidar. No es que falten razones para desear el cambio, pero la pulsión es tal que parece que estemos dispuestos a cambiarlo por cualquier cosa. Como se ha visto en Grecia la verdadera alternativa a lo malo no es el ideal, es lo posible.

Aunque según Iglesias lo que se merece el país es un debate entre él y Rajoy, el que se celebró, no llegando a tal altura, sirvió para consolidar el liderazgo de Pedro Sánchez. Ha tenido una semana áurea, que concluyó con su candidato por Madrid citando a Kant en un mitin. Si las previstas primarias presidenciales no se convierten en un campo minado, los socialistas pueden haber encontrado al líder capaz de evitarles el sombrío destino que vaticinan las encuestas.

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