Cinco ciclistas trasplantados llegaron ayer desde Madrid tras pedalear casi 600 kilómetros con dos objetivos: demostrar que un trasplante no invalida para hacer deportes sino que al contrario mejora la salud de los pacientes y agradecer a los familiares de los donantes el gesto que tuvieron en un momento de dolor y que a ellos les permite seguir viviendo. El periplo acabó en el Hospital Regional donde precisamente algunos fueron operados hace ya varios años. El recorrido ha sido el prólogo de los XXI Juegos Mundiales de Trasplantados que comienzan en Málaga el domingo.
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