La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

'Diario de Cádiz': la canción de los días

Los periódicos y las canciones tienen el don de expresar la vida cotidiana y atraparla para siempre, viva

Diario de Cádiz, cuyo 150 aniversario se celebró esta semana con la asistencia de Felipe VI, nació el último año del reinado de Isabel II, en la antesala de la revolución de 1868 que dio paso al agitado Sexenio Democrático al que siguió la Restauración de 1874. Su nacimiento se inscribe en el auge de la prensa de empresa, libre e independiente, frente a la prensa dependiente de los partidos. Así se explica que el 16 de junio de 1867, en su primer número, se autodefiniera así: "Independientes por carácter, no nos prestaremos a ser órgano de nadie". La libertad de prensa, reconocida dos años más tarde por la Constitución de 1869 y ampliada por la Ley de Imprenta de 1883, consagraría esta independencia dando lugar a la consolidación de los grandes periódicos ya existentes y al nacimiento de nuevas empresas. De los muchos diarios creados bajo el reinado de Isabel II sólo sobreviven cuatro: el Faro de Vigo (1853), El Norte de Castilla (1854), Las Provincias (1866) y Diario de Cádiz (1867).

Mantener un periódico en vida durante 150 años -café matinal tras café matinal- es heroico. Y aún más lo es haberlo hecho conservando su independencia empresarial ligada a la familia que lo fundó; no sólo sin ser absorbido por un grupo nacional de comunicación, como ha sucedido con la mayoría de la prensa local, sino convirtiéndose en la matriz del Grupo Joly, primera empresa editora andaluza con nueve cabeceras.

Por decirlo en términos periodísticos: Diario de Cádiz nació a la vez que la rotativa de papel continuo y 20 años antes de la aparición de linotipia, y celebra su 150 aniversario en la era del periodismo digital y las redes. El mundo en el que nació era ya el nuestro, el de la modernidad, pero también otro. Existían la fotografía, la telegrafía, las agencias de noticias y las empresas periodísticas. Pero faltaba una década para que apareciera el fonógrafo, tres para que lo hiciera el cinematógrafo y cuatro para la radiofonía. Tan cerca, tan lejos. Desde 1867 hasta hoy Diario de Cádiz ha estado 50.935 mañanas con sus lectores, como observador y narrador de la historia y de algo aún más importante, eso que Unamuno llamaba la intrahistoria, el tejido de la vida cotidiana. Con los periódicos sucede como con las canciones: tienen el don de expresar la vida cotidiana y atraparla para siempre, viva, como si su fugacidad fuera la clave de su perdurabilidad emocional.

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