Cosas que pasan

Ricardo Castillejo / Rcastillejo@grupojoly.com

Divina e inalcanzable

LUIS María Ansón titulaba el pasado fin de semana, muy acertadamente por cierto, una columna: "Ana Belén que estás en los cielos". Hacía referencia en su texto a una de las divas más divas que tenemos en nuestro país. Por actitud, por antigüedad y por méritos propios también. Con ella no vale pensar que, como las de antes, no hay nada. Ana es de hoy, ayer y siempre.

Así que habrá que perdonarle que, conseguir una entrevista con ella, sea una Odisea más difícil que la que Ulises emprendió en el texto de Homero, términos que utilizo estos porque, con la recién terminada gira de Fedra, Ana Belén ha regresado más diosa que nunca. Seduciendo con su belleza inmortal a los hijos de los padres a los que ya enamorara en su día, sus admiradores tienen, lo de acercarse a esta musa, infinitamente más sencillo que uno como periodista.

Lo he intentado coincidiendo con promociones de discos, de obras, de conciertosý Nada. Sólo como espectador de la mencionada producción, en el pasado Festival de Itálica, logré lo que la profesión me impidió. Y hasta con foto incluida. No importa. No tengo intención de desfallecer y, tarde o temprano, conseguiré cruzar el Olimpo y acceder a la que, más desde que antes ayer fuera condecorada con la Medalla de Oro de las Bellas Artes, almuerza con Hebe, deidad de la juventud, y cena con Palas Atenea, señora de la sabiduría. ¡Ay, si ellas supieran que la comensal que les acompaña se llama en realidad Piliý!

En cuanto al galardón, se lo ha ganado. Porque, ¡cuántas giras! ¡Cuántos viajes! ¡Cómo es la vida del artista! Ayer, por ejemplo, coincidí con María Pujalte, que se encuentra en el Teatro Lope de Vega de Sevilla representando El método Grönholm. La función lleva más de tres años ininterrumpidos en cartel y, por lo que me dijo María, todavía le queda un tiempecito. La gallega, única mujer en el reparto, se da unos tutes de cuidado para poder combinar la función con el rodaje de la próxima película de Fernando Colomo, Rivales pero, los dos lo sabemos, palos a gusto, saben a almendraý

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