NO son tiempos para tirar la casa por la ventana. El presupuesto de la Caseta de la Juventud de la Feria de Málaga se va a reducir en un 72%; un estirón al revés, al estilo de los niños prodigio del bajo franquismo a los que se hormonaba para retrasar la aparición del bigote o el canalillo.

En el Ayuntamiento limitarán el gasto para que sobrevivan otras actividades, dice el concejal de Juventud, Mario Cortés. El invento principal consiste en que los conciertos del concurso Málaga Crea Rock se celebren allí, no en el Eduardo Ocón. Así, el espectáculo que otros años se encargó a músicos más o menos reconocidos y pagados se encomienda a principiantes de esos que van de concurso en concurso a la espera de que un día puedan cobrar por tocar (si para entonces queda alguien en España con dinero para conciertos). Por lo pronto, Málaga Crea Rock gana público: a los incondicionales abuelos y los colegas penitentes se suma el respetable de la caseta, que encontrará grupos frescos y hasta alguno interesante. Hay otra idea que Cortés llama "patrocinio". La cadena Sol Música se ocupará de poner artistas y sufragar gastos. Sí, en el cartel de Sol Música echamos en falta a U2, qué le vamos a hacer. Cierto que traer a Lori Meyers no interesará tanto a los medios de comunicación nacionales como si Cortés se trajera a Springsteen, pero para el trato que le dan los medios a la Feria de Málaga más vale que ni se enteren de que estamos de juerga.

¿Bajará la "calidad musical" con el recorte? Dice Mario Cortés que no. Pues vaya. Entonces, ¿qué pagaba ese dinero que se va a ahorrar? ¿Las banderitas? Si los conciertos serán tan buenos o mejores que otros años, Juventud ha estado dilapidando. Administraciones más grandes han suprimido empresas públicas para reducir gastos, y nos preguntamos cómo se justificaba la actividad de esas empresas si no hacían falta. El año pasado la Caseta costó 213.000 euros; ahora quedará en unos 60.000. Será molesto que se note la estrechez presupuestaria, pero escandaloso que no se note.

Se puede combinar austeridad con diversión: tengo buen recuerdo del concierto de Jean Michel Jarre, todo bombillas; pero como en el de los Mojinos Escozíos no me lo he pasado en ninguno. En cuanto al patrocinio, hemos de esperar ingeniosas aplicaciones para el futuro. Pegatinas publicitarias en los coches oficiales como si fueran el de Fernando Alonso, el biombo con anuncios detrás del alcalde para las ruedas de prensa, medidas populares cortesía de Restaurante Hermanos Fonollosa… Ha hecho falta una crisis para que Juventud decida administrar con tiento. Es preocupante pero parece que para alcanzar el despilfarro cero antes tendremos que pasar hambre.