Decía el matemático y meteorólogo estadounidense Edward Norton Lorenz, en su formulación de la Teoría del Caos, que el aleteo de las alas de una mariposa en un lugar del mundo podría provocar un huracán en el otro extremo. De igual manera, lo que la noche de elección del secretario general del PSOE pasó como un leve deseo de unidad desde aquella lejana sede madrileña de Ferraz, ha empezado a convertirse en un terremoto descomunal dentro del socialismo andaluz.

Las primeras consecuencias acabamos de conocerlas y han sido el cambio radical en el gobierno autonómico, de la noche a la mañana y sin apenas tiempo para la reacción. En este sentido se deja entrever el peso del aparato sobre la elección de los nuevos componentes, donde cualquier indicio de independencia o de verso libre ha sido dilapidado de manera fulminante, justificándose como cambios generacionales, tiempos de diálogo, nuevas políticas, etc. En el fondo escenifican la imposición de cambios de los sanchistas, al alcanzar el máximo nivel de poder, y la necesidad de los susanistas de hacer todas las concesiones necesarias antes de que los diques de contención se vean definitivamente quebrados.

Probablemente la presidenta de la Junta haya tenido que reflexionar mucho sobre todos aquellos que la rodeaban y trataban de convencerla de que su candidatura sería imbatible frente a Pedro Sánchez. Especialmente recordará a los que traían cajas y cajas de avales desde cada rincón de España (aunque casi todos les pudieran parecer que venían de Andalucía) como símbolo de su más que segura victoria. Como decía el propio Demófilo, "creer en las pérfidas insinuaciones de un adulador es como beber veneno en una copa de oro". Pero ahora toca tomar decisiones rápidas, estratégicas y, a veces, dolorosas. De ahí que los próximos congresos provinciales sean la vara de medir definitivamente hasta donde ha alcanzado el precio a pagar por parte de los candidatos perdedores.

Málaga va a servir de cobaya en este nuevo experimento político. De momento su cuota territorial se reduce al mínimo, a la vista de su presencia en el gobierno andaluz, y se prevén cambios importantes en su estructura. Muchos estarán ya preparando su regreso a los puestos de trabajo que desempeñaron en el pasado, y por ello puede ser bueno el verano para reencontrarse con los antiguos compañeros, recuperar conocimientos y actualizar ideas e inquietudes.