señales de humo

José Ignacio Lapido

España eterna

CUALQUIER sociólogo extraterrestre que hubiese llegado a España esta semana, después de muchos años sin aterrizar por aquí, apenas habría notado cambios desde su última visita. Como fantasear es gratis, me imagino el informe telegrafiado que el estudioso marciano, de ser cierta su presencia por estos lares, habría enviado a sus superiores: "En esta parte del planeta Tierra todo sigue igual que hace 40 años. Stop. Los comportamientos sociales de sus habitantes no han sufrido variaciones significativas. Stop. Aunque como mandan sus tradiciones han sustituido el tocino por el bacalao en los potajes, parece que su Dios no se ha dado por enterado de tal sacrificio ya que los terrícolas así llamados españoles lloran desconsolados: la lluvia ha impedido la salida en procesión de algunas tallas policromadas veneradas por ellos. Stop. Es tanta la devoción y la pena que se atisba desde nuestro platillo volante que toda la tripulación de la nave se ha emocionado grandemente. Stop. Yo el primero: mis lágrimas alienígenas casi me impiden seguir redactando este informe. Stop. Está claro que en esta parte del planeta el pensamiento mágico sigue primando sobre el científico, sin embargo nadie puede poner en duda que los indígenas son felices así. Stop. Del mismo modo, estos días, el interés de la mayoría de los censados en este país se centra en eso que ellos llaman "deporte rey". Stop. La última vez que vinimos en misión científica la competición deportiva que concita tanta atención se llamaba Copa del Generalísimo. Stop. Ahora la llaman Copa de Su Majestad el Rey. Stop. El monarca que actualmente reina en este territorio es el mismo individuo que nombró hace cuatro décadas como sucesor el mandatario que entonces ostentaba el poder. Stop. En nuestra base de datos aquel sujeto aparece reseñado como F. F. Bahamonde. Stop. Casualmente son los mismos equipos de siempre los que con su enfrentamiento despiertan tan desmesurado interés. Stop. Conclusión: estos españoles no deben tener problemas graves de subsistencia ya el 90% de las conversaciones captadas por nuestros sensores versan sobre estos dos únicos temas: Semana Santa y fútbol. El resto del tiempo lo gastan en hablar sobre noticias que ellos denominan "del corazón", eufemismo que utilizan los nacidos por estas latitudes para nombrar a lo que en nuestra galaxia llamamos cotilleos repugnantes. Stop. No hay ningún temor de revueltas sociales: al binomio pan y circo aquí se le une el factor superstición. Stop. Recurro una vez más al famoso cantor nativo conocido como Julio Iglesias para colegir que aquí la vida sigue igual. Stop. Miento: no todo es inmovilismo. En las páginas de gastronomía de un periódico descubro un titular que me da pie a la esperanza en la evolución cultural de estas buenas gentes: "La reinvención de las torrijas". Stop. ¡Al cielo con ellas! Stop. Cambio y corto".

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios