La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Estrenamos risas con Chiquito

Estrenamos risas con él porque creó un tipo, una gestualidad y un vocabulario que reinventaron el humor

Ya se ha dicho todo sobre ese humorista genial, creador de una gestualidad y un vocabulario que reinventaron el humor, que es y será para siempre Chiquito de la Calzada; y sobre esa buena y queridísima persona que fue Gregorio Sánchez Fernández. Añado, desde mi campo, que fuera de sus inolvidables actuaciones televisivas, porque Antena 3 nos lo descubrió gracias a Tomás Summers y la televisión lo trató siempre bien, no encontró otros vehículos dignos de originalidad. Puede pensarse que la causa es su humor personal e inclasificable, su ser él el espectáculo. Pero no es así. Nuestro cine no ha hecho justicia a los grandes humoristas. Casos únicos fueron Cassen, que tuvo la suerte de ser dirigido por Berlanga en Plácido y por Forqué en Atraco a las tres, y Gila, que escribió los guiones de sus mejores películas, El ceniciento y El hombre que viajaba despacito.

Habrá que preguntarse por qué; y por qué únicamente en los años 50 el cine español dio grandes oportunidades a los humoristas y a cómicos tan grandes como Mariano Ozores (el viejo), José Isbert, Roberto Font, José Orjas, Félix Fernández o Luis Barbero, por citar algunos viejos maestros. Además estaba y está la pedantería que desprecia a humoristas y cómicos. Alguno tan grande como López Vázquez sólo fue "reconocido" como actor cuando interpretó pedanterías mal envejecidas como El jardín de las delicias tras treinta años de carrera. Otros, tan populares y probados en las tablas y ante las cámaras como Martínez Soria o Lina Morgan, nunca encontraron al Fellini que transformó a Ciccio Ingrassia en el loco de Amarcord o a los Monicelli, De Sica, De Filippo y Pasolini que hicieron justicia al genio de Totò. En fin…

El más hermoso homenaje a Chiquito es la pena que millones de españoles hemos sentido. Una pena personal, porque esta buena persona era muy querida, y damos fe de ello quienes tuvimos la suerte de conocerlo; y una agradecida pena sonriente hacia quien tanto y tan originalmente nos hizo reír. Estrenamos risas con él porque nunca se había visto un humor como el suyo. Entre sus compañeros el homenaje más hermoso ha sido el de Josema Yuste: "Era el cómico que más hacía reír a los cómicos". Lástima que quien tanta felicidad repartió haya tenido unos últimos años tristes y desvalidos, viudo y a la vez huérfano de Pepita, la luz de su vida. Deseo y espero que se hayan reencontrado. Si no el Cielo le parecerá triste.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios