SIN las joyas prometidas, sin luz en gran parte de sus instalaciones ni agua en los aseos, y con las escaleras mecánicas y ascensores parados, la promotora del Museo de las Gemas decidió abrir ayer sus puertas al público, a pesar de carecer de los permisos necesarios y de los contenidos a exponer. Fue una apertura fugaz, apenas dos horas hasta que la Policía Local y los Bomberos ordenaron el cierre, pero muy representativa del fiasco en que se ha convertido Art Natura, una de las mayores apuestas del alcalde de Málaga en los últimos años. Desde ayer ha pasado a formar parte de la lista de escándalos nacionales por derroche en infraestructuras de dudosa necesidad. Hace ya meses que se intuía, por la disposición de Royal Collections, que este proyecto cultural no acabaría bien. El retraso en las costosas obras de rehabilitación de Tabacalera, en las que el Consistorio ha empleado alrededor de 40 millones de euros (sumando a los 20 millones de Art Natura los 11 del Museo del Automóvil y el resto en instalaciones administrativas municipales), no está muy claro si por responsabilidad de Urbanismo o de la promotora del Museo, fue el principio de un desencuentro que acabará en los tribunales. Hasta ahora, los juzgados han dado la razón a los argumentos municipales. Y si los responsables del Museo decidieron, contra toda lógica, representar la apertura del equipamiento ayer, fue porque se les había agotado el plazo del ultimátum efectuado por el Ayuntamiento y para intentar impedir una indemnización por incumplimiento de contrato. El esperpento de ayer no impedirá, por otra parte, que el equipo de gobierno de Francisco de la Torre presente una demanda e intente resolver un compromiso que ha costado tanto dinero como oportunidades a la ciudad. Pero los errores de la promotora de Art Natura no deben ocultar los muchos que ha acumulado el Ayuntamiento en este proceso. Empezando por la elección de este equipamiento para la ciudad, de dudosa idoneidad y necesidad, y siguiendo por la gestión del contrato, con un canon anual a Art Natura del que se han pagado unos 5 millones de euros, y en el que no se exigieron avales bancarios para su devolución en caso de conflicto. Será muy difícil que las arcas municipales recuperen ese dinero. Y con la crisis actual, será complicado encontrar otro uso para Tabacalera que justifique el tremendo desembolso de dinero público acometido. De momento Málaga tiene otro caro contenedor sin contenido.

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