Fielato 2.0

Durante estas Navidades los lugares de grandes concentraciones comerciales han estado colapsados

Tras la Guerra Civil española, las administraciones organizaron un tipo de cobro impositivo sobre los productos, llamado fielato, que se realizaba a las entradas de los municipios. Con ello las maltrechas economías intentaban recuperarse de todo lo pasado. Hoy hemos afinado más el sistema y en nuestra ciudad hemos sido capaces de situar a su alrededor el más eficaz sistema de cobro inmediato por multas de velocidad de toda España. Sin duda un gran logro para nuestras instituciones pero no exento de cierta sospecha de abuso por parte de los ciudadanos.

Recientemente conocíamos con asombro como, entre los cinco primeros radares de España que más recaudan, tres de ellos están situados alrededor de Málaga. Cualquier ignorante podría pensar que aquí se conduce de forma mucho más imprudente que en ninguna otra ciudad, pero las razones reales son mucho más sutiles. Por una parte, el número de vehículos no locales que circula por nuestras carreteras es mayor que en ninguna otra provincia (sirva de ejemplo los casi 19 millones de pasajeros que llegaron a nuestro aeropuerto en 2017). Por otra parte, la dichosa costumbre de modificar la velocidad de las autovías en algunas curvas estratégicas para pasarla de 100 Km/h a 80 Km/h, e inmediatamente colocar un radar de velocidad es, cuanto menos, inadecuada.

De ahí que la lucha en el Congreso de los diputados del PSOE provincial para elevar el límite de velocidad en la carretera de las Pedrizas haya tenido éxito, porque se les había visto demasiado el plumero al gobierno con su preferencia hacia las vías de peaje. Pero no debemos olvidar que la hiperronda también fue proyectada para viajar a 120 Km/h y, por el hecho de haber sido mal realizada por los socialistas no debería silenciarse por parte de esos mismos políticos. Cuando se defiende un modelo de infraestructuras ágil y moderna, no deben hacerse excepciones en función de quien cometiera el error.

Si queremos tener un control adecuado de la velocidad y de la circulación, la policía debe ayudar a todos, especialmente en aquellos lugares donde haya grandes concentraciones de vehículos. Durante estas Navidades, los lugares de grandes concentraciones comerciales han estado colapsados y no aparecía ningún servicio de tráfico para descongestionarlo. Quizás sea más fácil buscar a quien multar que a quien ayudar, pero el respeto a la autoridad se gana respetando a la ciudadanía.

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