José Julio Blanes Ruíz

Fin del verano

Hemos llegado ya al momento del mes en el que, aunque intente evitarlo, el del tiempo en la tele, el locutor de radio, el camarero que le pone el café, el columnista de su periódico o su madre, le aguan la fiesta con la fatídica frase "el verano se ha acabado". Este año, más que ninguno, debemos rebelarnos contra el final del verano porque:

El rescate 

Al país, dicen los entendidos, será a mediados de septiembre. El rescate, también dicen los entendidos, vendrá acompañado de los lógicos ajustes. El cinturón ya no nos pedirán que nos lo ajustemos, lo vendimos hace tiempo, pero, con un poco de inventiva, seguro que encuentran algo que podamos ajustarnos.

La vuelta al trabajo 

Los que aún tengan, va a obligar a muchos a utilizar el coche más que en verano, y al precio que está el combustible, el chiste de vender el coche para comprar gasolina se va a quedar corto. Por lo que nos den por el coche no vamos a tener ni para medio litro.

La Comisión 

De los chanchullos con los ERE de la Junta, que ha empezado esta semana con declaraciones alucinantes y negativas a contestar más alucinantes todavía, es capaz de aumentar su nivel de esperpento hasta límites insoportables por el ser humano. Cuando parece que estás vacunado de shows lamentables, va la realidad y te demuestra que la capacidad de sorprender del hombre es casi infinita.

El anuncio de las elecciones 

En el País Vasco, aunque nos pille lejos, implica una vuelta a las propuestas peregrinas, el bombardeo por tierra, mar y aire de desacreditaciones y los cantos de sirena desde las redes sociales, es increíble la cantidad de cuentas muertas de políticos que reviven cuando hay elecciones. Además, no hay elecciones en las que no salga alguien diciendo que a los andaluces nos mantienen. Siempre que lo dicen reviso mi cuenta, pero nada, a mí no me toca.

La vuelta al cole 

Va a ser fina y no sólo para los chavales. Toda la vida hemos asistido a la imagen del niño llorando en la puerta del colegio el primer día de clase. Este año, con la subida del material escolar, no se descarta que se vea a niño, padre y profesor, en triplete histórico, abrazados llorando en el patio.

Entiendo la dificultad de ignorar la realidad, pero, por mi parte, intentaré llevar camiseta de manga corta y bañador hasta diciembre. Los niños saben que, si viene el monstruo por la noche, sólo hay que taparse bien y cerrar los ojos para que se vaya. Pues eso.

@jjblanesmalaga


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