HA tenido que ser un experto en mercado inmobiliario quien nos recuerde a los periodistas que tras las palabras siempre se esconden las intenciones.

Los expertos saben que la confianza es necesaria para que la economía fluya y empiezan a estar más que hartos de los mensajes que se trasmiten a la población.

Mensajes catastrofistas que parecen lanzados desde la corriente económica más cercana al partido de la oposición y que las huestes socialistas están recibiendo como si se tratara de cianuro en dosis calculadas.

Ayer en un desayuno con medios de comunicación de Málaga el profesor del Instituto de Práctica Empresarial, José Antonio Pérez, lanzó al aire una reflexión ¿a quién favorece el desplome del valor de los activos si no es a los especuladores que están esperando su momento para comprar al mejor precio?

Frente al negro panorama que muchos dibujan, este profesor experto en mercado inmobiliario prefiere plantearse retos como dar salida al stock de viviendas reconvirtiendo su uso si es necesario, firmando alianzas de negocio o creando dentro del mercado productos que puedan ser adquiridos por los mileuristas sin dejarse la piel en ello.

Sirva la reflexión de José Antonio Pérez para que recordemos los precios desorbitados que pagamos por nuestras viviendas en épocas de bonanza económica. Aquellos tiempos en los que muchos de nuestros jóvenes preferían dejar a un lado los estudios para trabajar como peones en cualquier obra, como si el futuro les asegurase mucho más que los plazos mensuales del coche que rápidamente adquirían sin necesidad de ningún plan especial.

Siempre hay especuladores, gobierne quien gobierne, y siempre hay quien elige sufrir en lugar de aprender.

La formación es necesaria, y algo tan obvio no llega suficientemente a los jóvenes, porque entre los adultos aún no se ha establecido el concepto de formación permanente. Esa necesidad continua de aprender para crecer como ser humano. Aprender para poder interpretar mejor las claves de la realidad, una realidad compleja que cubre sus entrañas con muchas capas, tantas, que resulta más cómodo conformarse con las interpretaciones. Es el agosto de los contertulios y el invierno de las ideas.

Es difícil que cambie nuestra mentalidad si sistemáticamente nos negamos a pensar. Ayer un grupo de ganaderos de COAG estuvieron en Ronda analizando las ventajas de pastorear en los montes y parques naturales para mantener limpios los cortafuegos haciendo pastar sobre ellos a su ganado. Ahora la Administración andaluza ha descubierto que esto es sostenible, después de 30 años de prohibición. Una prohibición que viene de la época en la que se pensaba que con la tecnología se dominaba a la naturaleza.

Hace décadas que investigadores de la Universidad de Málaga venían planteando esta cuestión, pero es que la necesidad de formación permanente también afecta a quienes están al frente de las decisiones políticas.