Todo es relativo

Gracias Pablo

Pablo Ráez ha pasado de héroe a mártir, pero a partir de sacrificios y duros finales se ha prosperado en la sociedad

Pablo Ráez no es, desgraciadamente, ni la primera ni la última persona que fallece de cáncer. Hoy mismo lo han hecho miles de personas anónimas en todo el mundo. De todas las edades. Sin recibir mensajes de ánimo o condolencia de presidentes del gobierno, ni de actores, ni de deportistas, ni con sus ayuntamientos decretando días de luto oficial tras su óbito. Pero ahí está la grandeza de este chaval, que estaba llamado a ser uno más en la larga lista de sufridores de esta lacra y que ha conseguido despertar conciencias. Pablo Ráez ha pasado de héroe a mártir, pero a partir de esos sacrificios y esos duros finales se ha conseguido prosperar en muchos apartados en la sociedad a lo largo de los siglos. Basta con ver las miles de personas que han donado médula gracias a su carisma y entrega y las que lo van a hacer ahora en su recuerdo.

Conocí su historia en la celebración de unas Olimpiadas de empleados de la ONU en Málaga. Pusieron un vídeo en el que salía un joven marbellí deportista y fuerte que iba a poco a poco desmejorándose a raíz de una leucemia. Las caras de los asistentes, que venían de todos los países, y la mía propia, eran un poema porque temíamos que el vídeo acababa mal. Al contrario, Ráez apareció en silla de ruedas empujado por su padre -al que envío un fuerte abrazo desde estas líneas- y dando una gran señal de vida y esperanza. La segunda y última vez que le vi en persona fue el día de mi cumpleaños, el 29 de diciembre, en la entrega de los premios de este periódico. Pese a estar muy débil, supo mantener la compostura y dar un discurso de esos que ponen los vellos de punta. Señalaba que había que vivir cada minuto, porque nadie sabía qué podía pasar en el futuro. Posiblemente Pablo ya sabía que la cosa no iba bien.

Su muerte fue un mazazo para todos, incluyendo a las miles de personas que sufren la enfermedad, que le veían como espejo y que espero que sigan luchando por su vida ya que no todos los casos son iguales. Pablo ya es universal. No me extrañaría nada que hicieran una película con su historia y que se lleve todos los Goya. No tuvo suerte el chaval, pero ayudó a muchos otros a poder conseguirla. Muchas gracias y descansa en paz.

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