EL PUCHERO

Teresa Santos / Tsantos@malagahoy.es

Igualdad sin excusas

TAL vez la fecha de ayer marque un punto de arranque en el camino hacia la igualdad. Tal vez la fecha sea decisiva para que las mujeres del futuro no sientan culpabilidad cada vez que arrancan un minuto a la vida familiar para crecer en lo profesional. Para eso es necesario mucho más que unos Presupuestos que se brindan al sol como los primeros confeccionados "en clave de género". Por mucho que lo intente el consejero Griñán estamos aún a años luz de concebir una política económica que pueda acabar con las desigualdades de género, aunque no esté demás iniciar el camino de la conciencia transversal en la que todo lo público vaya dirigido a contrarrestar desigualdades.

Ayer publicaba el BOJA las leyes andaluzas para la promoción de la igualdad de género y de medidas de prevención y protección integral contra la violencia de género. Ya no hay excusa. Si la ley integral se preocupaba de los aspectos procesales, de las reformas penales, es la ley andaluza la que ahora se viene a preocupar de los aspectos asistenciales y preventivos.

Ya no cabe pensar que sólo van a estar suficientemente atendidas por la Administración las mujeres que denuncian problemas de maltrato en las capitales de provincia, ahora, con la nueva ley en la mano, el Gobierno andaluz tiene que hacer posible que cualquier mujer se sienta segura cuando denuncia su caso, aunque viva en un pequeño pueblo. Esto sólo es posible si hay suficiente presupuesto. Si se hace una ley y no se dota suficientemente, sólo se crece en demagogia. Para que leyes tan progresistas como las publicadas ayer por el BOJA no acaben cayendo en el Derecho Simbólico, es necesario romper esquemas tradicionales y que los educadores de hoy pongan en cuestión sus conocimientos en tanto no son capaces de pasarlos por el filtro de la perspectiva de género, o dicho de otro modo, que sean lo suficientemente valientes como para plantearse todos los supuestos posibles de desigualdad que se producen a diario y analizarlos en su interior. Solo así podrán ir mostrando a sus alumnos que la verdadera igualdad acaba con la violencia. Para eso hace falta dotación económica.

Si nuestros políticos gestores se toman en serio su trabajo, tal vez dentro de varias generaciones, las mujeres podrán salir de casa sin que eso suponga desatender a la prole o multiplicarle para que todo funcione, porque si no son ellas las que se ocupan de la organización doméstica y de la gestión emocional de la familia, no hay Dios que lo haga. Es mucho lo que tenemos que desaprender, sobre todo las chicas y chicos de mi generación, que aún estamos con el disco duro bloqueado sin saber cómo resolver los problemas que surgen de las nuevas concepciones familiares que por suerte han puesto en crisis modelos de familia que ya no hay quien defienda.

Veremos si el desarrollo autonómico de las leyes hace posible chicas más independientes y menos serviles sin que por ello sufran la violencia de sus parejas. A todos nos conviene.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios