El balcón

Ignacio / Martínez

Impuestos y espectáculo

EN este año electoral nuestros políticos deberían hacer menos arengas a sus fieles y hablar más de impuestos: de dónde van a sacar los recursos públicos y en qué los van a emplear. Abordo este asunto a instancia de un amable lector que se lamenta de que el contribuyente que cobra por nómina no tiene posibilidad de ocultar ingresos, y no dispone de deducciones, salvo por compra de vivienda o planes de pensiones. El lector añade a su queja que el mundo empresarial disfruta de muchas más ventajas.

Hace unos días en la sección de Economía de este diario Gumersindo Ruiz daba datos de la caída fiscal en España. En 2007 el Estado recaudaba 200.000 millones de euros, y en 2014 sólo 175.000 millones. En 2007 los ingresos por IRPF eran el 36% del total, y ahora el 37%; mientras el IVA ha pasado del 28 al 33%. Lo más llamativo para el profesor es la fuerte caída del impuesto de sociedades: de 45.000 a 15.000 millones; en esos siete años pasó del 22 al 9% del total de impuestos. Es una foto del empobrecimiento de las clases medias y bajas durante la crisis; sobre ellas pivota la principal recaudación de impuestos.

Conocemos estos días cómo las principales fortunas del país tenían cuentas en Suiza ocultas al fisco. Entre otras, una familia de banqueros, los Botín, cuyo capital escondido podría superar los 2.000 millones de euros. Pero más allá de estos escandalosos fraudes, la caída de la contribución empresarial tiene como primer motivo el cierre, las pérdidas o los escasos beneficios de muchos negocios.

Aunque el lector tiene razón en que hay una amplia lista de exenciones fiscales a las que pueden acogerse las sociedades mercantiles. En España hay holdings empresariales que han llegado a pagar de impuestos el 4,6% de sus resultados contables consolidados. Y en todo caso las grandes empresas pagan bastante menos que las pymes. Casi todas las compañías del Íbex-35 tienen filiales en paraísos fiscales en los que no producen ni bienes ni servicios, lo que alivia sus liquidaciones nacionales. El que en muchas de estas grandes sociedades haya consejeros que antes estuvieron en el Gobierno alimenta la sospecha ciudadana de connivencia para la laxitud impositiva.

Capítulo aparte merecen multinacionales de internet. Siete grandes norteamericanas como Google, Apple, Facebook, eBay, Amazon, Yahoo y Microsoft facturaron en 2012 miles de millones de euros en España y liquidaron a la Hacienda nacional 1,2 millones conjuntamente. Bochornoso.

Con estos datos en la mano, hay que pedirle a nuestros próceres que presuman menos de eficacia en su gestión, de unidad entre sus huestes o de su abnegada voluntad de servicio y detallen con rigor sus planes fiscales, con ingresos y gastos, para que el sufrido ciudadano pueda orientar su voto con fundamento. En los impuestos y su destino está toda la política. Lo demás es espectáculo.

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