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La oposición desactivada

Con sus luchas de poder internas, el PSOE está encantado, la oposición, salvo excepciones, lleva desactivada meses, mientras la economía española cae en picado. Hace unas semanas, el PP presentó a debate 114 medidas para reactivar el empleo y salir de la crisis y todas fueron rechazadas. Zapatero vivió muy bien de las rentas dejadas por Aznar, fue advertido de la desaceleración, pero siempre se negó a reconocerla. Nos quiso engatusar con el regalo de 400 euros, que al final, sólo cobrará una parte de los trabajadores, precisamente, los de más rentas, y eso que los socialistas siempre se presentan como el "partido de los pobres y los trabajadores". Pura demagogia. La ponencia económica del XVI congreso del PP tratará de recuperar la política hidráulica y de trasvases para todas las regiones, no sólo para las que votan al PSOE, como ocurre actualmente. Buen momento para que el PP aclare su liderazgo y salga de la desactivación parlamentaria. Tampoco estaría de más discutir el equilibrio presupuestario entre regiones: cada habitante de Cataluña recibe al año 612 euros frente a los 544 de cada andaluz. El Gobierno de Zapatero se encuentra actualmente sin oposición pero con huelgas generalizadas en varios sectores debido a la brutal subida de los carburantes, de los que se beneficia a modo de impuestos este Ejecutivo con un 75%, y se basa en una improvisación de ideas para combatirla que es un auténtico escándalo. Como la oposición está callada, ahora no escuchamos a José Blanco decir eso de la crispación y la derecha extrema.

Ana Santamaría (La Cala del Moral)

Economía española

El PSOE ganó las elecciones generales el 9 de marzo de 2008, y está comenzando la nueva legislatura, y no se nota que está gobernando ya que con la crisis del PP ellos están tranquilos, pero en silencio sabemos que la economía va mal, a nivel de pequeñas empresas, librerías, bares, puestos en los mercados, y los empresarios dicen que la cosa está fatal. Con la subida del barril de crudo, todo aumenta de precio y los que realmente lo pasan mal son los bolsillos de los más débiles, los que tienen que hacer cuentas y no llegan a final de mes. Decimos que vivimos mejor y es verdad; lo malo es para los de siempre. A los que tienen grandes pagas y un capital grande les importa poco la subida del petróleo. Las crisis económicas son normales, ya que quien maneja el mundo es el capital, y las multinacionales y no las ideologías y la democracia, aquí los que viven bien son los de siempre: los políticos, los banqueros y los funcionarios. Por tanto, le exigimos al presidente del Gobierno el control de los precios y los abusos de aquellos que tienen ingresos superiores. Siempre tendremos los mismos problemas, que las crisis las padecen los más pobres. En esta nueva legislatura debe imperar el control de aquellos que tienen grandes patrimonios y que los beneficios se distribuyan en ayudas sociales para aquellas personas que no llegan nunca a vivir con dignidad y seguridad.

Manuel Ortiz (Correo electrónico)

El proyecto español de proceder a la repatriación de marroquíes residentes en España y en situación de desempleo es un asunto serio que necesita un buen análisis por parte del gobierno marroquí antes de pronunciarse sobre el tema. Que más de cien mil ciudadanos (ciertas estimaciones españolas hablan de 200.000) residentes en la Península Ibérica se encuentran de la noche a la mañana más o menos en la obligación de abandonar España para regresar a sus casas es un tremendo asunto que, a pesar de las tentativas de banalizarlo por parte del Gobierno español, planteará un gran problema a Marruecos. Pronunciarse a favor o en contra, los principios de esta operación lanzada por el Gobierno de Zapatero no es asunto de tomárselo a la ligera. Pero más allá del aspecto de la cuestión, es imperativo que este expediente sea examinado de una manera más seria por el gobierno. No podemos más que preguntarnos sobre el mutismo del ministro, encargado de los marroquíes residentes en el extranjero que parece que no tiene ningún interés en el tema. Aceptar esto supone muchos riesgos que habría que tomar en consideración. (...)

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